Foto: Mónica Ramírez
La Habana, 16 jul (JIT) Los 60 Juegos Escolares Nacionales, recientemente concluidos, constituyeron una fiesta para los pequeños competidores de la Isla y también para los participantes en las justas de los cinco paradeportes convocados.
La lid escolar recibió por novena ocasión estas disciplinas animadas por personas con discapacidad y según el criterio de Douglas Andux Ruiz, metodólogo nacional de la especialidad, ha sido una edición en la que prevaleció la masividad.
Tomando como referencia el paratenis de mesa –presente en justas escolares por tercer año consecutivo– el especialista señaló que «a diferencia de ediciones anteriores, se tuvo una mayor posibilidad de hacer una unión de categorías de acuerdo con lo establecido por la federación internacional».
«Estos Juegos nos han permitido vivir emociones interesantes, hemos visto una muy buena preparación de los paratletas y fuimos testigos del disfrute de estos muchachos en cada escenario competitivo», señaló.
Carlos Alberto Díaz Maseda, un licenciado en Cultura Física camagüeyano que lleva más de 17 años trabajando con niños paradeportistas, asegura que dedicarse a esta labor resulta un privilegio.
«Son pequeños con muchos deseos de hacer deporte, niños muy auténticos, que cautivan. Por eso considero tan importante que se les haya premiado con un evento como lo han sido estos Juegos Escolares, porque para ellos es una nueva realidad, una fiesta», comentó el entrenador.
«Aquí hemos visto niños que no dominan a la perfección el deporte que practican, pero se esfuerzan por hacerlo, y es hermoso observarlos como disfrutan cada punto, cada triunfo, es algo que reconforta como ser humano. Ojalá continúe la presencia de los paradeportes en las citas escolares», recalcó Jorge Luis Vega, entrenador de paratenis.
La familia se erigió como otro pilar que hizo posible que los Juegos se desarrollaran con éxito en cada sede.
La villaclareña Rachel Valdés Páez se presentó como una madre muy motivada, que disfruta de la mejoría de su hijo, un paratleta con discapacidad físico-motora asociada a una discapacidad intelectual.
«No tengo palabras para agradecer. Mi niño no se desplazaba y el deporte lo ha rehabilitado completamente. Es la segunda vez que interviene en unos Juegos de este nivel y el desarrollo alcanzado por él de un año a otro es evidente. Durante las competencias siempre ha estado activo, si gana lo disfruta y si pierde disfruta también el triunfo del contrario», comenta al tiempo que esboza una sonrisa.
El árbitro santiaguero Ángel Luis Gata Rodríguez calificó su participación en los 60 Juegos Escolares Nacionales como una grata experiencia.
«Nunca había trabajado con paratletas de estas edades y es impresionante ver la disciplina, responsabilidad y seguridad con la que desarrollaron sus competencias, con mucho entusiasmo y una gran preparación tanto en lo físico como en lo técnico. Me llevo un enorme regocijo, pues es algo muy bonito y viene a completar mi formación como árbitro nacional», puntualizó.
Santiago, Granma y Villa Clara escalaron finalmente el podio por provincias entre los deportes para personas con discapacidad, pero más allá de las medallas, durante la edición 60 de los Juegos Escolares Nacionales ganó también la inclusión.