La Habana, 19 jun (RHC-ACN) Estados Unidos ganó la edición 66 del Torneo Internacional de la Pesca de la Aguja Ernest Hemingway, el mayor en la historia de esos certámenes, que reunió en La Habana a más de 500 amantes del mar.
Tras cuatro intensas jornadas, la tripulación estadounidense nombrada Un Believable logró coronarse entre las más de 90 embarcaciones asistentes a la lid, informó este sábado el Grupo Empresarial de Náutica y Marinas, Marlin S.A., durante la clausura del evento.
En el Residencial Marina, se conoció que los yates Bull Run y Cajun Queen, procedentes de la referida nación, ocuparon el segundo y tercer puesto del certamen, respectivamente, lo cual muestra la experiencia de los competidores norteamericanos en esta actividad deportiva.
Otros resultados refieren que el Blue Heron marcó el mayor dorado (31,5 libras) y el Sea Clusion el mayor peto (39 libras), ambos también de Estados Unidos, que participó con 83 embarcaciones.
El título por el mayor túnido lo obtuvo la tripulación del Doris, que representó a la comunidad de Cojímar, del municipio de La Habana del Este, mientras el Solfia D, de Canadá, ganó el premio a la primera captura realizada por una mujer.
En la ceremonia de clausura, Alexis Trujillo, viceministro primero de Turismo, calificó de notable y exitoso el Torneo, que contó además con la asistencia de equipos de Lituania, Argentina, Rusia, Holanda, Reino Unido, México, Puerto Rico, España, Italia, y Francia.
Precisó que durante las cuatro jornadas de pesca se reportaron 88 capturas de Marlin, la cifra más elevada en la historia.
Trujillo invitó a los presentes a competir en la próxima edición del certamen, a realizarse del 29 de mayo al tres de junio de 2017.
Impulsado a inicios de la década de 1950 por el Premio Nobel de Literatura (1954), el Torneo Hemingway sobresale entre los más antiguos de su tipo, solo le anteceden la Copa Mundial del Atún, en Nueva Escocia, y el Torneo del Sábalo, en México.
Por su ubicación, Cuba resulta altamente atractiva para la pesca deportiva, pues las grandes corrientes oceánicas la conectan con las rutas de especies pelágicas, mientras que las profundas cuencas y fosas del Mar Caribe, y los estrechos de la Florida y las Bahamas sirven de barreras ecológicas.