Santiago de Cuba, 31 ago (RHC) Importantes hoteles ubicados en el Corredor Patrimonial de la calle Enramadas, arteria comercial y cultural por excelencia, favorecerán el turismo de Santiago de Cuba y aportan la hermosa fisonomía de las arquitecturas de esa ciudad oriental.
Tras un remozamiento total y puesto en marcha nuevamente en mayo último, el Gran Hotel atrae la vista de los transeúntes con sus colores azul y blanco en la intersección con la calle San Félix, una de las esquinas más concurridas de la urbe.
Apenas una cuadra más abajo y también con categoría cuatro estrellas, el Imperial está aún en proceso de rehabilitación pero ya sus exteriores verdes y blancos ponen una nota elegante y sobria y concitan el interés de lugareños y visitantes, que acceden ya a los servicios del bar y de un establecimiento aledaño.
Muy cerca, junto al céntrico parque Céspedes, el centenario Casa Granda refuerza su linaje y ofrece desde su terraza una de las más codiciadas imágenes del paisaje urbano, con el azul de la bahía y el verde cinturón de las montañas de la Sierra Maestra como fondo.
Tras el programa inversionista desarrollado al calor de los 500 años de la ciudad y los 62 del asalto al cuartel Moncada, hecho histórico protagonizado aquí por Fidel Castro y jóvenes revolucionarios, el territorio mejoró su infraestructura con el Ocio Club, la cervecería Puerto del Rey y el hotel Punta Gorda.
Entre sus atractivos, la segunda ciudad cubana dispone de dos sitios y un colectivo declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, con la fortaleza de San Pedro de la Roca del Morro y el paisaje arqueológico de los antiguos cafetales franceses, junto a la Tumba Francesa La Caridad de Oriente.
Un total de 51 Monumentos Nacionales enriquecen ese acervo, en el cual se resumen hitos de la historia cubana, al igual que raigales exponentes de la música, la danza, el teatro y otras manifestaciones culturales.
Con una ubicación de privilegio para el turismo de naturaleza y el senderismo, el motel Gran Piedra, en la cordillera homónima, fue totalmente remozado tras el paso del huracán Sandy y con sus 27 cabañas acerca el insólito paisaje donde se enseñorea la inmensa roca a más de mil 220 metros sobre el nivel del mar.