por Luz Marina Fornieles
Con la misma arrancada del presente año asumió la cadena Iberostar la gestión del cubano hotel Riviera, del Grupo Gran Caribe.
Este inmueble, que cumple en diciembre próximo 60 años de fundado, será el segundo operado por el consorcio hispano en la capital de la Isla y el número 12 en todo el destino caribeño, por el cual el hombre de negocios hispano Miguel Fluxá apostó desde hace más de una veintena de años.
Notable ejemplo de la arquitectura racionalista del Movimiento Moderno en Cuba, la edificación es el resultado de una perfecta integración entre arquitectos, diseñadores y artistas donde se evidencian las influencias norteamericanas en este tipo de arquitectura en la década de 1950.
Considerado por ende un clásico de los años 50, el “Riviera” se localiza en Paseo y Malecón, en la vecindad del litoral, una visual que caracteriza al inmueble, declarado en 2012 como Monumento Nacional, debido a los bienes museables que aún conserva.
Entre las relevantes piezas que atesora aparecen las de creadores como Hipólito Hidalgo de Caviedes, Rolando López Dirube, Florencio Gelabert- a este pertenece la escultura La sirena y el pez, justo a la entrada-; y Cundo Bermúdez que complementan sus valores arquitectónicos e históricos.
Los expertos aseguran sin temor a equivocarse que se encuentra entre los pocos hospedajes de su tipo en el continente que han conservado su integridad y autenticidad en el uso, la decoración, los elementos del mobiliario y las obras de arte.
De cuatro estrellas, 20 plantas y 352 habitaciones, el establecimiento ha sido mejorado en los dos últimos años por iniciativa del Ministerio de Turismo, con énfasis en sus aposentos, según confirmaron fuentes fidedignas en la capital.
Tras la irrupción de Iberostar en el “Riviera”, la calidad del producto está llamada a la elevación de su estándar hasta lograr la categoría de cinco estrellas, como su eminente vecino el Meliá Cohíba.
Fue inaugurado el 10 de diciembre de 1957, con una revista musical presentada en el Cabaret Copa Room con Ginger Rogers, bajo la dirección de Jack Cole. A sus 60 años, ese salón de espectáculos sigue siendo uno de sus mayores atractivos y muy popular en los predios citadinos.
(CubaSí)