Washington, 17 may (RHC) El Gobierno estadounidense confirmó, este viernes, el fin de las tarifas a las importaciones de acero y al aluminio de Canadá y México, cuando la agenda comercial del presidente Donald Trump enfrenta fuertes desafíos.
'Me complace anunciar que acabamos de llegar a un acuerdo con Canadá y México, y venderemos nuestro producto en esos países sin la imposición de aranceles o tarifas importantes. Gran diferencia', expresó el mandatario republicano en un discurso ante la Asociación Nacional de Agentes de Bienes Raíces.
Según el acuerdo arancelario, Estados Unidos aceptó eliminar los impuestos de metales contra esas dos naciones y no aplicará cuotas en su lugar, una medida que entrará en vigor dentro de 48 horas.
Trump había aprobado los controvertidos gravámenes hace un año, para lo cual apeló una ley poco utilizada que le permitía imponer aranceles a productos considerados esenciales para la seguridad nacional.
Esa movida fue evaluada entonces como una forma de presionar a México y Ottawa por un nuevo acuerdo comercial, en medio de las fuertes críticas del mandatario republicano al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos indicó este viernes en un comunicado que como parte de lo pactado también se eliminarán todos los aranceles de represalia impuestos a los productos estadounidenses por parte de los otros dos territorios.
Asimismo, acordaron un mecanismo de supervisión para evitar aumentos repentinos en las importaciones de acero y aluminio, y Washington amenazó con volver a imponer gravámenes sobre esos metales de existir esa tendencia.
Esta noticia se difunde cuando Washington dio a conocer, además, que retrasará su decisión sobre la imposición de nuevas tarifas a los automóviles extranjeros, en parte porque dijo que estaba trabajando para negociar nuevos acuerdos comerciales con Japón y la Unión Europea.
Ambos pasos son considerados un intento de aliviar las tensiones del comercio mundial, mientras los mercados y los inversores aún se están recuperando de la decisión de Trump de elevar los gravámenes a las importaciones chinas.
El gigante asiático respondió con aranceles de represalia que comenzarán a aplicarse a partir del 1 de junio próximo, lo que podría traer consecuencias negativas para diversos sectores norteamericanos, fundamentalmente el agrícola, que ya enfrenta una situación compleja.(Fuente:PL)