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La Habana, 21 feb (RHC) La gestión de las cadenas agroalimentarias cubanas de mango, guayaba y papaya, incluidas en el proyecto de colaboración internacional Agrofrutales, tiene entre sus objetivos que municipios y gobiernos locales empiecen a establecer estrategias propias hasta lograr un alcance a nivel de país.
Implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y con Canadá como país donante, desde 2018 trabaja en cinco municipios del país, y consta de 35 beneficiarios. De ellos 25 cooperativas y 10 entidades estatales, con 35 proyectos de intervención, explicó a Prensa Latina el coordinador técnico nacional del proyecto, Emilio Farrés.
El criterio de selección de las localidades -Caimito, Alquizar, Artemisa, Contramaestre y Santiago de Cuba-, de las provincias de Artemisa y Santiago de Cuba, estuvo dado por el peso que tenían en la producción de fruta a nivel nacional, precisó.
Señaló el también investigador que el Ministerio de la Agricultura y el Instituto de Fruticultura -como brazo ejecutor- concibieron el proyecto por etapas y buscan tres resultados.
En primer lugar, ampliar las capacidades locales para, entre gobierno y productores, gestionar la cadena, diagnosticar la planeación estratégica local y el fortalecimiento de las capacidades de las personas.
En segundo, fortalecer las capacidades productivas de las entidades cooperativas, y por último, robustecer las de entidades estatales o no cooperativas.
Farrés destacó que existen dos aspectos transversales en el proyecto, la eliminación de brechas de género y el empoderamiento de las mujeres, así como la eficiencia energética de la cadena mediante el uso de fuentes de energía renovable.
Sobre las cuestiones de género, explicó que los estudios complementarios identificaron la poca participación de la mujer en las cadenas de frutales y como resultado promovieron proyectos para eliminar las brechas y otorgarles un papel más relevante. (Fuente: Prensa Latina)