Ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso (I) brinda una información preliminar sobre el previsible impacto
de los eventos naturales sobre el PIB. (Foto:ACN)
Por Maritza Gutiérrez
En las dos últimas semanas Cuba ha vivido intensas jornadas a causa de dos potentes huracanes y dos terremotos de inusitada fuerza, que provocaron afectaciones importantes al país, a las personas y a la economía en general.
Levantarse frente a las adversidades ha sido siempre la máxima de los cubanos, que sometidos a una larga lista de agresiones y sanciones ilegales por parte de sucesivas administraciones estadounidenses, demuestran al mundo la importancia de la organización, la unidad y la solidaridad.
Sin embargo, lo cierto es que las afectaciones a la economía nacional, son importantes, y así lo reveló el informe del ministro de Economía y Planificación de Cuba, Joaquín Alonso, al explicar que los daños causados por los huracanes Oscar y Rafael, y por los sismos en el oriente del país, revelan una situación compleja, pero también una notable capacidad de respuesta.
La rápida recuperación del Sistema Electroenergético Nacional en menos de dos semanas es un aspecto positivo que resalta la resiliencia de las infraestructuras. Sin embargo, la cifra de más de 40 mil viviendas afectadas y los numerosos daños en sectores esenciales como salud, educación y agricultura subrayan la complejidad del escenario actual.
Por otra parte, el ministro explicó que aunque las cifras proporcionadas ofrecen una visión general de los daños, estos son solo una fracción de las afectaciones anuales causadas por el bloqueo estadounidense a la economía cubana, de manera que su previsible negativo impacto en el PIB, es una confirmación de cómo la guerra económica contra Cuba y su interrelación con estos eventos naturales, obstaculizan la recuperación y el avance de la economía nacional.
Es evidente que se están priorizando las necesidades de la población, lo que es un enfoque justo e indispensable ante tal devastación. Sin embargo, se hace necesario cuantificar lo antes posible el impacto económico, especialmente en términos de producto interno bruto. Aunque se plantean mejoras en el déficit fiscal y ciertos índices macroeconómicos, será esencial implementar medidas adicionales para asegurar una recuperación sostenible a largo plazo.
Por otro lado, como se ha reconocido, el apoyo del Sistema de Naciones Unidas en la respuesta inmediata ha sido fundamental, destacando la importancia de la cooperación internacional en momentos de emergencia, y es que Cuba no está sola, a su recuperación aportan paises amigos, inversionistas, empresarios nacionales y extranjeros, las instituciones, la sociedad civil y la población.
Por tanto si, es alentador percibir esa comunión de acciones en medio de la adversidad, y saber, además, que ya se han iniciado planes de recuperación que buscan no solo reparar los daños, sino también fortalecer la capacidad de respuesta ante desastres y la importancia de la inversión en infraestructuras más robustas que puedan resistir mejor a los embates de la naturaleza.