La Habana, 14 jul (RHC) Un último informe de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reflejó que Angola es actualmente el mayor productor de petróleo en África.
El documento precisa que la nación africana produjo en junio una media diaria de 1,773 millones de barriles de petróleo y por cuarto mes supera a Nigeria la cual solo registró 1,523 millones de barriles del crudo al día.
Las fuentes aseguran que esos números esconden una realidad diferente ante el impacto que provocan las acciones de movimientos guerrilleros (principalmente los autodenominados Vengadores del Delta del Níger (NDA, por sus siglas en inglés)) en la estructura productiva de Nigeria.
Menciona en tal sentido los ataques a instalaciones petroleras, en particular a grandes compañías multinacionales.
NDA exige un mejor acuerdo con las petroleras para el Pueblo del Delta del Níger, sistemáticamente víctima de derrames del carburante, polución y persistente pobreza.
Recientemente la empresa estatal británica de comunicación BBC comentó que el llamado oro negro resulta uno de los orgullos de los angoleños, mas durante mucho tiempo sus resultados no fueron suficientes para sobrepasar a Nigeria en el top de la lista de mayores productores africanos.
La elevada dependencia de la materia prima fósil llevó a una apuesta muy fuerte por parte de Nigeria y el enorme número de refinerías e inversión permitieron que el país de África Occidental liderara la producción de petróleo en la zona.
Sin embargo, la ascensión de grupos terroristas y sus ataques crearon inestabilidad permanente en la nación más poblada del continente.
Después de las acometidas de la secta islámica nigeriana Boko Haram, el NDA comenzó a reivindicar embestidas a las refinerías petroleras e hizo aflorar el pánico en la región, crucial para la producción nacional, según la BBC.
El Movimiento de Emancipación del Delta del Níger, organización terrorista que usa a los Vengadores como grupo de ataque, pide una mayor justicia social para la zona geográfica de origen y los asaltos y destrucción de refinerías sirven para controlar una parte de la producción del hidrocarburo.
La incapacidad de mantener las centrales de producción de combustibles fósiles seguras llevó a una quiebra significativa de la oferta en Nigeria.