Brasilia, 3 ago (RHC) El Movimiento de los Sin Tierra intensifica en Brasil las ocupaciones de terrenos en defensa de la reforma agraria y contra el golpe de Estado que desplazó de su cargo a la presidenta Dilma Rousseff.
Más de 90 000 familias brasileñas con ocupaciones de latifundios en todas las regiones del país, acampan en grandes propiedades y en las carreteras para reclamar su derecho a la siembra y producir sus medios de vida, así como las condiciones necesarias para una alimentación saludable en el campo y las ciudades.
Como parte de las protestas en el estado brasileño de Pará, ocuparon cerca de 100 personas la sede del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria para solicitar nuevos asentamientos rurales para miles de sin tierra en campos en el sur y sudeste de ese estado.
Los manifestantes también demandaron la expropiación de fincas, la implementación de un sistema de suministro de agua, el crédito para el establecimiento y mantenimiento de servicios de asistencia técnica, entre otras necesidades.
Mientras el Frente Popular de Brasil y el Frente Popular Sin Miedo anunciaron una manifestación para mañana jueves contra el golpe que apartó del cargo a la presidenta Dilma Rousseff, en vísperas del inicio de la Olimpiada.
La concentración para el acto, que es político y cultural, se llevará a cabo a partir de las 15:00, hora local, en la Plaza de la Piedad, de la ciudad de Salvador de Bahía, urbe que fungirá de sede a varios partidos de fútbol masculino, el primero de ellos en la Arena Fonte Nova entre México y Alemania.
"Necesitamos informar al mundo del golpe y el intento de eliminación de derechos que está en marcha en el país. Vamos a hacer una gran actividad con demostraciones artísticas, culturales y políticas de repudio al juicio político contra Dilma Rousseff y el gobierno interino de Michel Temer", explicó Aurino Pedreira, del Frente Popular de Brasil.
Un manifiesto de los dos frentes denuncia la conjura contra Rousseff bajo el título de Golpe de Estado en el país de los Juegos Olímpicos. Señala el texto que en el momento cuando Brasil acoge los XXXI Juegos Olímpicos está en marcha un golpe de estado que intenta eliminar a la presidente elegida con más de 54 millones de votos.
Con el apoyo abierto de los medios de comunicación y la participación activa del poder judicial, los fiscales y la Policía Federal, aprobaron un juicio político en la Cámara de Representantes y el plan para consumar el golpe de Estado en el Senado, agregó.
La derecha brasileña perdió cuatro elecciones consecutivas y después de esto decidió derrocar al gobierno por la fuerza, continuó.
No toleran, acotó, los enormes logros del pueblo brasileño en los últimos 13 años, inaceptable para una élite corrupta, racista, homófoba y machista.
Y no es de extrañar que el presidente en funciones, Michel Temer, anuncie el fin de casi todos los programas sociales que sacaron a unos 40 millones de brasileños de la pobreza, y pretendan poner fin a los derechos laborales históricos y entregar el petróleo del país a las multinacionales.