S.de Chile, 11 sep (RHC-PL) La ira, el dolor y algunos disturbios marcaron la jornada del aniversario 43 del sangriento golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, con un particular distanciamiento de la derecha sobre el tema.
En la ceremonia interreligiosa efectuada en el Palacio de La Moneda no había ningún político de la derecha, algo que no debería extrañar después que, días pasados, diputados de la Unión Demócrata Independiente (UDI) pidieran un minuto de silencio para recordar el fallido atentado contra Augusto Pinochet, en el cual perdieron la vida cuatro de sus escoltas.
No pocas figuras de la derecha se muestran abiertamente respetuosas y admiradoras del dictador y la junta militar que tantas vidas costó al país.
Lo único que hizo hoy la UDI fue criticar la designación de Lorena Fries como subsecretaria de Derechos Humanos, un nuevo cargo creado por iniciativa de la presidenta de la República, Michelle Bachelet, y que responde a un clamor generalizado.
Precisamente este domingo, organizaciones defensoras de los derechos humanos marcharon por esta capital para rememorar los 43 años de la asonada golpista contra el Gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende.
Pero como casi siempre ocurre en todas las manifestaciones en Chile, encapuchados protagonizaron violentos incidentes en las afueras del Cementerio General de esta capital.
La marchar comenzó en la avenida la Alameda, en el centro de Santiago, pasando por el Palacio de La Moneda hasta llegar al Memorial de los Detenidos Desaparecidos de la dictadura (1973-1990).
Los encapuchados, delincuentes comunes que aprovechan estas coyunturas, intentaron incluso asaltar una sucursal bancaria de la zona en el barrio de Recoleta, pero fueron reducidos por efectivos de Carabineros.
Sin embargo, un periodista y un camarógrafo de la cadena noticiosa 24 horas de Televisión Nacional de Chile (TVN) fueron asaltados por los delincuentes y resultaron heridos por proyectiles.
El Palacio de La Moneda, al igual que otras muchas instalaciones en esta capital y en el país, amaneció con vallas y custodiado con estrictas medidas de seguridad, en razón de que la fecha desata fuertes pasiones dentro de la población.
Como es habitual, luego de una ceremonia interconfesional, la presidenta de la Repùblica, Michelle Bachelet, hizo un recorrido junto a la senadora Isabel Allende y Carmen Paz Allende, hijas del mandatario depuesto por la asonada golpista.
También al lado de nietos y biznietos de Salvador Allende, la gobernante y sus acompañantes depositaron flores en lugares emblemáticos de La Moneda donde estuvo el dignatario, para terminar en el Salón Blanco, su despacho de trabajo.
Bachelet, que perdió a su padre a manos de agentes del dictador Augusto Pinochet, se dirigió acto seguido a familiares de víctimas y de detenidos desaparecidos, personalidades políticas, ministros y embajadores.
La jefa de Estado destacó los avances en políticas de derechos humanos y aseguró que se ampliarán los espacios destinados a mantener la memoria, para que no se repitan nunca más las atrocidades cometidas por el régimen pinochetista.