Les Cayes, Haití, 6 oct (AP) Dos días después de que el huracán Matthew azotara la remota península suroccidental de Haití con vendavales y fuertes chubascos, autoridades locales y cooperantes internacionales seguían sin tener una imagen precisa de la destrucción.
Pero cuando el clima empezaba a calmarse y se encontró una forma de eludir un importante puente arrastrado por las aguas, caravanas y helicópteros comenzaron a aventurarse a las regiones remotas para evaluar los daños y determinar cómo ayudar a gente que perdió casas, ganado y cosechas.
La Defensa Civil en Puerto Príncipe informó que el huracán "Matthew" causó 23 muertos en Haití, el país más azotado hasta ahora por la tormenta, que se encuentra de camino a la costa de Florida, Estados Unidos.
Además, hay 27 heridos y tres desaparecidos. Más de 21.000 personas tuvieron que buscar refugio en albergues de emergencia. El número de muertos podría aumentar porque aún no hay información procedente del departamento más afectado, Grand'Anse.
El huracán, de categoría 4 cuando azotó el martes el empobrecido país, se desplazaba con vientos de hasta 230 kilómetros por hora y destruyó viviendas, arrancó árboles e inundó carreteras. La región más afectada, en el sudoeste del país, quedó incomunicada.
En Aquin, una ciudad costera en el sur ante la golpeada ciudad de Les Cayes, la gente caminaba en el lodo en torno a los restos de las diminutas tiendas y casas de madera.
Cenita Leconte fue una de los muchos vecinos de la costa que ignoraron en un principio las llamadas a evacuar sus vulnerables chozas antes de que Matthew tocara tierra el martes como un huracán de categoría 4. Leconte, de 75 años, estaba agradecida de haber cedido finalmente y haber salido con vida de la aterradora prueba.
"Perdimos todo lo que teníamos. Pero habría sido culpa nuestra si nos hubiéramos quedado aquí y hubiéramos muerto", dijo a Associated Press mientras los vecinos buscaban entre los escombros con la esperanza de encontrar al menos alguna de sus escasas posesiones.
La agencia de protección civil empezaba a hacerse una idea de la situación en el departamento de Grand Anse, indicó la responsable del organismo, Marie Alta Jean-Baptiste. El huracán había dejado impracticables las carreteras de la región y cortado las comunicaciones.
"Sabemos que hay muchos daños en Grand Anse y sabemos que se han perdido vidas allí", dijo Jean-Baptiste, añadiendo que la cifra oficial de víctimas aún no incluía los reportes de esa zona.
Las autoridades de aviación civil informaron de 3.214 viviendas destruidas en la península sur, donde muchas familias viven en cobertizos con techo de metal corrugado y no siempre tienen los recursos para alejarse del peligro.
Al menos 350.000 personas necesitan alguna clase de asistencia tras el desastre, indicó el gobierno. Se trata de la peor crisis humanitaria en el país desde el devastador terremoto de 2010, indicó el vice representante especial de Naciones Unidas para Haití, Mourad Wahba.
Grupos de ayuda humanitaria ya pedían donaciones para financiar una larga campaña de recuperación en Haití, el país menos desarrollado y más dependiente de la ayuda exterior en el hemisferio occidental.
Se esperaba que en los próximos días empezara a llegar a la capital personal militar estadounidense con nueve helicópteros para ayudar con el reparto de alimentos y agua a las zonas más afectadas.
La falta de comunicaciones con la gente en la región de Grand Anse resulta profundamente preocupante, señaló Jean-Michel Vigreux, director en Haití del grupo sin fines de lucro CARE.
"Aún no conocemos el impacto exacto. Ahora mismo no podemos comunicarnos con nuestro equipo en una región, Grand Anse. Da mucho miedo", dijo.
Las respuestas tardaban en llegar, y algunos haitianos estaban convencidos de que su atribulado país había evitado en su mayor parte el sufrimiento humano que ha provocado el clima en otras ocasiones.
"Parece que Haití esquivó una bala. Las noticias en la radio no parecen tan malas como podrían haber sido", dijo el tapicero Daniel Wesley mientras pasaba por una calle mojada por la lluvia en el centro de Puerto Príncipe.
La última tormenta de categoría 4 que golpeó Haití fue el huracán Flora en 1963, que dejó hasta 8.000 muertos.
Matthew llegó el jueves a Nassau, capital de las Bahamas, con vientos de 205 kph (125 mph).
El jefe de la Autoridad Nacional de Manejo de Emergencias de Bahamas, capitán Stephen Russell, dijo a la Associated Press que había muchos árboles y cables eléctricos caídos, pero no se habí a recibido denuncias de víctimas.
Las autoridades cortaron la electricidad para proteger la red de los vientos.
En la cercana Cuba, Matthew pasó sobre el extremo este del país, una zona poco poblada, destruyendo docenas de hogares y causando daños en cientos de viviendas en la ciudad más oriental del país, Baracoa. Pero casi 380.000 personas fueron evacuadas y se tomaron medidas firmes para proteger a las comunidades y la infraestructura, indicaron miembros de Naciones Unidas.
El jueves de madrugada, Matthew golpeaba el centro de las Bahamas y se esperaba que pasara cerca de la costa este de Estados Unidos, donde las autoridades ordenaron evacuaciones masivas. Los meteorólogos indicaron que Matthew, que había perdido algo de fuerza para convertirse en una peligrosa tormenta de categoría 3 tras tocar tierra en Haití y Cuba, volverá a fortalecerse y recuperaría la categoría 4 a lo largo del jueves mientras se acercaba a Florida.
.