Naciones Unidas (RHC) A un año de adoptados los objetivos de desarrollo sostenible, para erradicar la pobreza extrema y reducir las desigualdades durante los próximos 15 años, el canciller de Ecuador, Guillaume Long, aseguró que el neoliberalismo no constituye el camino hacia esas metas.
El político y académico conversó con Prensa Latina a finales de septiembre, en el contexto de su participación en el segmento de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, dedicado este año a impulsar la Agenda 2030 acordada por la comunidad internacional.
"Lo que hay que hacer es desobedecer a la hegemonía y el sentido común neoliberal", afirmó.
De acuerdo con Long, los países necesitan un Estado fuerte, capaz de impulsar la inversión pública para garantizar derechos, dinamizar la economía y generar empleo.
"Claro que se puede cumplir (la Agenda 2030), por supuesto, pero sin caer en muchas de las peligrosas recetas que nos recomiendan desde algunos centros de poder", insistió.
En septiembre de 2015, jefes de Estado y de Gobierno de los cinco continentes aprobaron 17 objetivos de desarrollo sostenible para los próximos 15 años, que dan continuidad a las metas del milenio, fijadas para el período 2000-2015.
La agenda, calificada por Naciones Unidas de una ambiciosa herramienta de cara al propósito de no dejar a nadie atrás, busca el fin de la pobreza extrema y del hambre en el planeta, el acceso universal a la salud, la educación y el agua, la equidad de género y el progreso en armonía con la naturaleza, entre otras prioridades de la humanidad.
Long señaló que los avances socio-económicos de la última década en Ecuador ratifican la importancia de que los pueblos del Sur tomen distancia de las fórmulas neoliberales.
Ha sido una historia de mucho éxito, a partir de la reducción de la pobreza y las desigualdades, del crecimiento económico y de mejoras sustanciales en todos los indicadores del desarrollo, precisó.
El país sudamericano es escenario de un proceso de cambios llamado Revolución Ciudadana, bajo el liderazgo del presidente Rafael Correa, quien llegó al poder en 2007.
"Lo hemos hecho sin seguir las recetas que provienen de los grandes centros de poder, sin seguir las recetas neoliberales", subrayó.
Según el Canciller, el camino de cara a las transformaciones sociales y económicas ha sido ignorar la visión fundamentalista del libre comercio y adoptar las medidas más convenientes para los intereses nacionales.
"Hemos hecho lo que hicieron los que alcanzaron el desarrollo, no lo que nos dicen que debemos hacer, eso es una sustancial diferencia", acotó.
Para el diplomático, el Sur tiene ante sí el reto de diversificar la economía, alejarse de la dependencia de las materias primas y acceder al conocimiento.
Se trata de perseguir una agenda desde el Sur de mayor igualdad en la gobernanza global, de que las decisiones no sean solamente de un club pequeño de países victoriosos después de la Segunda Guerra Mundial, para impulsar una democracia mundial en la cual en los temas vinculados al desarrollo no tengamos naciones de primera, segunda y tercera clase, expuso.
Respecto a recientes derrotas electorales de la izquierda y el éxito de maniobras antidemocráticas de la derecha, Long descartó que se trate de un fin de ciclo de las fuerzas progresistas en América Latina.
"Creo que es un error la noción difundida por medios de comunicación de que se trata de un fin de ciclo, que se acabó la ola progresista en Latinoamérica", opinó.
Triunfos en las urnas, como el logrado en Argentina, y el golpe parlamentario en Brasil contra la presidenta electa Dilma Rousseff, han dado fuerza a la teoría de que la derecha se ha impuesto en una región donde la izquierda había tenido lo que llaman "un período dorado".
El canciller ecuatoriano consideró que América Latina vive una arremetida de los partidarios del neoliberalismo, que envalentonados por algunas victorias intentan aprovechar el momento para llegar al poder por cualquier vía, incluyendo las antidemocráticas.
"Cuando ha sucedido esto último, como en el caso de Brasil, hemos sido firmes al condenarlo. La democracia es un principio sagrado que hay que respetarlo siempre, cuando conviene y cuando no conviene a las élites", advirtió.
Long comentó que la región sigue siendo escenario de procesos de cambio, y las fuerzas progresistas en la misma cuentan con dirigentes probados y la experiencia necesaria para recuperar el terreno perdido.
"Todavía hay países que continuamos dando la batalla. Ecuador es uno de ellos, y estamos bastante confiados, porque las encuestas nos dicen que vamos a ganar bien en febrero del año entrante", señaló.
De acuerdo con el funcionario, tampoco puede perderse de vista que las derrotas electorales de la izquierda no han sido en todos los lugares por amplio margen, y que a la derecha le costará trabajo revertir avances importantes con un impacto en la población, entre ellos la reducción de la pobreza y las desigualdades.
Por tanto, tenemos en la actualidad en América Latina un debate entre una izquierda anti-neoliberal y fuerzas que sí lo defienden, dijo.
"Para nada hay un fin de ciclo, solo reveses importantes que tienen que hacernos reflexionar mucho (...) pero sin dudas hay una izquierda fuerte y vibrante que puede volver al gobierno para seguir dando la lucha por una América Latina más justa, solidaria y soberana", sentenció.
Long calificó de injusto, ilegítimo y trasnochado al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba y abogó por su levantamiento.
"Cuba goza absolutamente de todo el apoyo del Ecuador (...) que junto a su presidente, Rafael Correa, siempre ha estado muy firme en el rechazo al bloqueo", aseveró.
El joven político afirmó que el país sudamericano seguirá exigiendo a Estados Unidos en el seno de la ONU que ponga fin a esta política, aplicada contra la isla por más de medio siglo.
El bloqueo es incompatible con el multilateralismo y la voluntad de las mayorías, que se expresan año tras año contra el mismo, agregó.
En su entrevista con Prensa Latina, Long destacó la elección de Ecuador para presidir en 2017 el Grupo de los 77 más China, el cual aglutina a 134 de los 193 Estados miembros de Naciones Unidas.
Somos un país que apuesta al Sur Global y tenemos un gran compromiso con una agenda desde el Sur, por lo que es un honor y un orgullo encabezar este grupo, manifestó.
Entre las prioridades de Quito al frente del bloque multilateral, el diplomático mencionó el impulso a la democratización de las instituciones internacionales y en especial la ONU.
"Queremos menos vetos y más votos, queremos más peso de la Asamblea General y un Consejo de Seguridad significativamente reformado y ampliado, y con otros mecanismos para la toma de decisiones", señaló.
Long también adelantó el objetivo de promover el tema de los paraísos fiscales, a partir de la necesidad de generar un pacto global para el combate a los mismos desde Naciones Unidas, porque constituyen un flagelo que lastra las aspiraciones de desarrollo sostenible de los pueblos del Sur.
"Creemos que Ecuador tiene mucha legitimidad, vimos un apoyo increíble de los miembros del G-77 más China (...) resultante del ejemplo del presidente Correa para el Sur Global y lo que hemos alcanzado en cuanto a desarrollo y construcción de una democracia vibrante, todo esto con absoluto respeto a los derechos humanos", subrayó.