Buenos Aires, 16 oct (PL) A pesar de la lluvia y el frío, unos 40 mil argentinos se juntaron en la provincia de Córdoba, donde pasó gran parte de su vida el cura gaucho José Gabriel Brochero, para seguir esta madrugada su canonización.
La distancia entre Argentina y el Vaticano no impidió que los fieles presenciaran la ceremonia en la Providencia de Villa Cura Brochero, quien se convirtió en el primer santo nacido y fallecido en el país.
Desde ese lugar se vivió emocionante la canonización del sacerdote, en medio de un frío intenso que los presentes soportaron para ver en dos pantallas gigantes desde las 5:00 hora local este momento calificado por la prensa argentina de histórico.
Hay anécdotas que quedarán para la posteridad como la de cinco vecinos de la localidad de Tostado, de Santa Fe, quienes peregrinaron a pie más de 700 kilómetros con una imagen de la virgen de Luján para participar de las celebraciones por la canonización del cura gaucho, según reportó el sitio Minutouno.
En una ceremonia en la Plaza San Pedro, el papa Francisco canonizó a Brochero, junto a otros seis beatos.
'Los santos son hombres y mujeres que entran hasta el fondo del misterio de la oración. Hombres y mujeres que luchan con la oración, dejando al espíritu santo orar y luchar en ellos', apuntó el Sumo Pontífice.
Más de dos mil personas viajaron desde este país al Vaticano para ver en vivo y en directo la ceremonia, a la que asistió el presidente Mauricio Macri, su familia y parte de su Gabinete.
La delegación contó además con representantes de la Iglesia argentina, entre ellos 38 obispos y unos 200 sacerdotes, provenientes de distintas diócesis de esta nación austral.
Brochero, nacido el 16 de marzo de 1840 y fallecido el 26 de enero de 1914, víctima de la lepra, fue beatificado en septiembre de 2013.
A él se le atribuyen el milagro de Nicolás Flores, un niño de 11 meses que había quedado al borde de la muerte tras sufrir un severo accidente de tránsito, y el de Camila Brusotti, una niña que se recuperó de lesiones que la habían dejado a punto de morir.