Bogotá, 21 oct (RHC) El abogado colombiano Humberto de la Calle confirmó que viajará a La Habana junto a la delegación gubernamental que preside a fin de discutir con las insurgentes FARC-EP, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo las propuestas para eventuales ajustes al pacto de paz.
Al respecto expresó de la Calle que trabajarán con compromiso y celeridad para conseguir un nuevo acuerdo con la mayor brevedad, que aunque ambas partes han cumplido el cese el fuego bilateral decretado desde el pasado 29 de agosto el contexto actual NO está exento de riesgos.
El exvicepresidente y jefe de los negociadores del gobierno en los diálogos con las FARC-EP afirmó que la necesidad de consolidar un consenso de manera eficaz y rápida NO sólo corresponde al deseo de la mayoría de los colombianos sino que obedece al propósito de evitar un retroceso el cual reinicie el horror de la violencia.
En ese sentido De la Calle llamó a actuar con grandeza en esa coyuntura y subrayó que la incertidumbre sobre el rumbo de la paz debe terminar en la nación sudamericana.
Millares de universitarios, víctimas del conflicto y otros bogotanos marcharon en el transcurso de la movilización que denominaron Colombia Pacífica, la tercera protagonizada este mes por la ciudadanía en defensa de la paz.
Como es casi habitual en las manifestaciones convocadas aquí, los participantes caminaron por la céntrica Carrera Séptima hasta la colonial Plaza Bolívar, situada frente al Congreso de la República, el Palacio de Liévano y la Catedral Primada, con carteles en los que pidieron el fin de la guerra interna y un consenso para seguir adelante con el proceso pacificador entre el Gobierno y las FARC-EP.
Se trata de una demostración autónoma coordinada por estudiantes con el apoyo de otras personas, la cual evidencia que los ciudadanos seguimos movilizados de manera permanente con un mensaje claro: el resultado del plebiscito no puede ser el regreso a la confrontación bélica sino un diálogo nacional, comentó a Prensa Latina José Antequera, uno de los líderes de la caminata.
El pasado 26 de septiembre el presidente Juan Manuel Santos y el jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez, suscribieron en Cartagena de Indias el llamado Acuerdo Final con el que se comprometieron a terminar el conflicto entre ambas partes.
Luego venció el No en el plebiscito del 2 de octubre, convocado para validar por vía popular ese documento, realidad que desató una controversia en torno al futuro del proceso de paz con dicha guerrilla y obligó al mandatario a escuchar propuestas de los simpatizantes del voto negativo con vistas a un eventual ajuste del pacto ya existente.
Al referirse a las motivaciones de las multitudinarias marchas desarrolladas luego de ese ejercicio democrático, el activista precisó que tanto los universitarios como los trabajadores, jubilados y otros de sus protagonistas demandan, además, que sea respetada la mesa de La Habana como el espacio legítimo para hallar soluciones ante el clima de incertidumbre imperante.
De ninguna manera aceptamos que el expresidente Álvaro Uribe pretenda determinar el curso de la paz como si representara a todos aquellos que rechazaron en las urnas el acuerdo, tampoco un arreglo a puertas cerradas en la Casa de Nariño con el ahora senador, expresó Antequera quien añadió que los manifestantes reprueban igualmente una renegociación desde cero.
Las marchas realizadas en esta capital y otras ciudades son independientes, ningún sector político puede apropiarse de ellas, insistió.
Esta mañana cientos de personas llegaron a la Plaza Bolívar para rendir homenaje a las víctimas del partido Unión Patriótica (UP) que sufrió un genocidio político en décadas pasadas cuando perdió a unos cinco mil de sus militantes.
Sembramos el Jardín de los Ausentes, sin olvido, escribió la presidenta de UP, Aída Avella, en su cuenta de Twitter.
Sobrevivientes del genocidio y familiares colocaron en esa explanada figuras que evocan a los militantes exterminados a partir de 1984. La marcha Colombia pacífica tuvo ecos en otras urbes del país.