Seúl, 12 ene (RHC) Las declaraciones del ex secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, sobre sus aspiraciones a la presidencia de Corea del Sur despertaron el interés en la opinión pública en el país asiático.
Ban declaró recientemente a la prensa que está dispuesto a dar todo si llega a la presidencia surcoreana.
El diplomático que sirvió como jefe de Naciones Unidas en la última década es el favorito para candidato a presidente de Corea del Sur en una elección que tendrá lugar a finales de este año.
Por otra parte, los opositores políticos cuestionan si Ban está capacitado para discutir el futuro del país y opinan que debería abstenerse de su intención de convertirse en jefe de Estado.
Por su parte, los opositores políticos defienden razones por las que Ban debería abstenerse de su intención de convertirse en jefe de Estado.
Además, la principal formación opositora surcoreana, el Partido Demócrata, pidió a través de un portavoz que el político "aclarara si está capacitado para discutir el futuro del país".
En ese sentido, los representantes de Ban amenazaron recientemente con una acción legal contra una revista local que planteó una acusación de soborno relacionada con su tiempo como ministro de Relaciones Exteriores, hace más de una década.
Dejo claro de una vez por todas que no tengo nada de qué avergonzarme, insistió Ban en el aeropuerto.
Igualmente la llamada a consultas de manera temporal al embajador de Japón en Corea del Sur levanta polémica en la opinión pública nipona en cuanto a las consecuencias de esa decisión.
El lunes, el gobierno japonés tomo tal medida, en respuesta a la instalación delante del consulado general en la ciudad de Pusán, a finales del año pasado, de una estatua que representa a las llamadas "mujeres de consuelo" como se les dice a las forzadas a la esclavitud sexual por parte de los militares japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con el experto Shunji Hiraiwa, varios elementos subyacen tras la colocación de la estatua y de lo que cabe esperar a partir de ahora.
Profesor de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Kwansei Gakuin, Hiraiwa explica que la instalación de la imagen de una joven sentada, indica que hay muchas personas en Corea del Sur que no están satisfechas con el acuerdo de 2015 entre los dos Gobiernos.
Al parecer, la presidenta surcoreana Park Geun-hye consideraba que el convenio era necesario para que su administración se reconciliara con Japón.
Pero el escándalo de tráfico de influencias que afecta a su persona desencadenó el rechazo de los ciudadanos y eso, a su vez, condujo a que surja el descontento por el acuerdo.
Y lo que es más, el asunto ya concitó antes gran atención, pues el primer aniversario del pacto, el 28 de diciembre, coincidió exactamente con el primer intento del grupo de ciudadanos de colocar la estatua allí.
Sin embargo, funcionarios locales del distrito este de Pusán la eliminaron a la fuerza, lo que encolerizó al pueblo surcoreano.
Hiraiwa cree que esos factores subyacían tras la instalación de la estatua en ese lugar.
Según el pacto, el Gobierno surcoreano se esforzará por solucionar el problema en torno a otra figura similar situada delante de la embajada japonesa en Seúl, pero la colocación de la nueva estatua en Pusán parece ser un paso atrás respecto al momento en que se alcanzó el acuerdo.
Japón considera que el asunto de las mujeres de consuelo tiene carácter diplomático y pide a Corea del Sur adherirse al pacto de 2015, pero los surcoreanos también lo ven como un asunto nacional que hunde sus raíces en sus emociones.
Por eso, si los funcionarios intentan zanjar el asunto rápidamente como si fuera una mera cuestión diplomática, podría tener un efecto perjudicial en el futuro de la política en Corea del Sur.
La suspensión de funciones oficiales a la presidenta Park dejó su Gobierno entre dos aguas en lo que respecta a los asuntos de carácter nacional.
Por eso el profesor Hiraiwa considera que hace falta más tiempo para zanjar la cuestión.