Sao Paulo, 17 ene (RHC) Una operación de la policía federal brasileña que comenzó a inicios de la semana pasada sigue la pista sobre la presunta participación en hechos de corrupción de dos colaboradores del círculo íntimo del presidente interino, Michel Temer.
Roberto Derzié, quien fue nombrado vicepresidente de la Caja Económica Federal en diciembre último a instancias de un pedido que habría realizado el propio Temer, está vinculado a un grupo de personas que cobraba sobornos por la “gestión” de créditos de esa entidad bancaria oficial, reporta Telesur.
Bautizado como “Cui Bono” (“a quien beneficia”, en latín), el operativo policial lleva también hasta el ex ministro jefe de gabinete, Geddel Vieira Lima, quien renunció al puesto en noviembre último.
El informe del fiscal Anselmo Cordeiro Lopes entregado al juez federal de Brasilia Vallysnei de Souza Oliveira, involucra al aliado de Temer en un soborno por un crédito de 50 millones de reales (16 millones de dólares) entregados por la Caja a empresas implicadas con el esquema de corrupción.
Derzié ya se había desempeñado en la institución hasta 2015 cuando pasó a trabajar directamente con el presidente, por entonces en la vicepresidencia del país, en la articulación política: era el viceministro del propio Temer en el momento en que éste asumió el comando de la Secretaría de Relaciones Institucionales, a pedido de su ex jefa, la presidenta constitucional, Dilma Rousseff.
Posteriormente, Derzié fue despedido por la propia Dilma, a principios de 2016. Y Temer lo reintegró a su antiguo puesto en la Caja en diciembre pasado. El préstamo, entre tanto, fue concedido al grupo Constantino, propietario de la compañía aérea Gol.
Según revelaron los informes de los fiscales, el esquema funcionaba del siguiente modo: un “representante” del grupo constituido por el ex ministro Geddel Vieira y el ex diputado Eduardo Cunha ofrecía a las grandes empresas créditos de hasta 100 millones de reales (unos 35 millones de dólares de la época). El informe del fiscal acusa a Geddel y Cunha de quedarse con 10 por ciento del negocio, junto a Derzié y otros. La función de Derzié, a la sazón un ejecutivo en el banco, consistía en “facilitar” la operación.
Entre las firmas mencionadas por los investigadores del caso, figuran empresas del sector alimenticio, como Betin, JBS y Marfrig; pero también participaron de los ramos de concesionarias de peaje y emprendimientos inmobiliarios.
Según los fiscales, el esquema de corrupción tenía como favorito al Partido del Movimiento Democrático, que presidió Temer hasta ascender a la jefatura del Estado por cuenta del impeachment contra Rousseff. Tanto Geddel Vieira como Eduardo Cunha fueron dirigentes de esa agrupación y promotores del juicio parlamentario contra la entonces primera mandataria Dilma Rousseff.