Buenos Aires, 19 ene (RHC) Los trabajadores argentinos de la planta impresora de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR) del Grupo Clarín protagonizarán este jueves un gran paro y una movilización en rechazo a los despidos y las represiones que sufrieron en días recientes.
Desde hace cuatro días cerca de 400 operarios que quedaron sin trabajo tomaron el local, en el barrio porteño de Pompeya y se mantienen allí. Además de quedarse en la calle fueron duramente agredidos por defender sus puestos, destaca Prensa Latina.
El martes último lo que comenzó como una protesta pacífica terminó con cañonazos de agua, balas de gomas y gases lanzados por la fuerza pública.
Hoy los empleados unieron fuerzas y como anunciaron la víspera en conferencia de prensa acordaron realizar un paro y pidieron a todos los trabajadores gráficos del país no hacer ningún trabajo de AGR-Clarín.
Se espera también una gran movilización que partirá desde el emblemático Obelisco hasta la sede del ministerio de Trabajo, donde los manifestantes exigirán dialogar con el titular de esa cartera, Jorge Triaca.
Los operarios denunciaron que, mientras un grupo se encontraba intentando hablar con miembros del Ministerio el martes pasado, 'sufrimos una emboscada y nos reprimieron brutalmente'. En el lugar había niños y mujeres que también resultaron heridos, señalaron.
La empresa emitió un comunicado donde justificó los despidos en su planta gráfica bajo el argumento de 'la fuerte reconfiguración que atraviesa el sector de la impresión comercial' mientras los trabajadores afirman que el cierre es trucho (falso) y la compañía lleva adelante un chantaje para imponer condiciones de flexibilización laboral.
'Tenemos compañeros baleados, hasta en la cabeza nos tiraron por defender nuestro puesto. El despido es ilegal, lo dijimos en el ministerio de Trabajo y por ahora no hay ni siquiera una conciliación obligatoria que le ordene a la patronal que reabra las puertas de la empresa', se lamentaba uno de los empleados.
En declaraciones difundidas por la Agencia Paco Urondo, el delegado de los trabajadores gráficos de AGR-Clarín, subrayó que no es cierto que se trate de un cierre de una fábrica que quiebra. No hay una crisis económica del grupo. Tampoco es cierto que rompimos cosas.
'El único violento es Clarín, que nos deja sin trabajo, que deja a trabajadores en tratamiento sin cobertura médica', resaltó.