Ottawa, 4 mar (RHC-PL) El primer ministro Justin Trudeau reconoció que las muertes por sobredosis de opioides tienen hoy en Canadá un impacto devastador, al provocar la división de las familias y las comunidades.
El jefe de Gobierno hizo la declaración durante una visita a Vancouver, provincia de Columbia Británica, donde en 2016 murieron 922 personas por el uso de esas drogas, asunto que el mandatario discutió esta semana con la primera ministra de ese territorio, Christy Clark y con alcaldes de varias ciudades también afectadas por el flagelo.
Esta es una crisis de alcance nacional que la mayoría de los canadienses percibe como algo distante, pero que afecta a toda la nación, a lo largo y ancho de todos los niveles socioeconómicos, añadió el gobernante durante una conferencia de prensa este viernes, tras reunirse con autoridades de salud de dicha urbe en el suroeste del país.
Trudeau dijo que no existe una solución única contra las sobredosis de estupefacientes, pues las políticas sociales para combatir las enfermedades mentales, el mejoramiento de las condiciones económicas y de las viviendas de la población constituyen también componentes clave de la lucha contra la crisis.
Según la cadena televisiva CBC, los opioides, en particular la morfina, heroína, tramadol, oxicodona y metadona, pueden obtenerse a través de recetas médicas falsas, fáciles de comprar.
Funcionarios de instituciones hospitalarias de Ottawa informaron a esa emisora que en 2016 los paramédicos trataron a 101 personas por sobredosis, un incremento significativo en relación con las que recibieron atención el año anterior, y en lo que va de 2017 auxiliaron por esta causa a 25 pacientes.
La mayoría eran individuos entre 20 y 39 años de edad, y apenas 5,6 por ciento de los afectados tenía entre 10 y 19, mientras los pacientes mayores de 60 sobrepasaban con una relación de dos a uno a los adolescentes.