Bogotá, 1 may (RHC) El comandante de las FARC-EP Andrés París anunció que esa organización proyecta celebrar el congreso constitutivo de su partido político el venidero 7 de agosto, paso que deberá ocurrir una vez finalizado el desarme de dicha guerrilla colombiana.
En declaraciones a Prensa Latina el dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) comentó que tal cita será un foro por la justicia social, la paz y la democracia.
Al referirse a la implementación de los acuerdos firmados el pasado 24 de noviembre, París aseguró que aunque se han cumplido algunas fases o aspectos contenidos en el histórico documento, quedan aún muchos temas pendientes y en algunos casos aprecia una profunda irresponsabilidad.
Unos siete mil hombres y mujeres de esa agrupación permanecen concentrados en 26 lugares del país donde abandonarán el armamento en su poder y se prepararán con vistas a su reincorporación a la sociedad.
La dirigencia de las FARC-EP ha criticado la demora gubernamental en la habilitación de tales sitios que retrasó también las primeras etapas de la dejación de armas, la cual es supervisada por una misión política de Naciones Unidas.
No obstante los tropiezos, estamos persistiendo en la discusión en todos los mecanismos e instancias establecidos para sacar adelante el tratado y su implementación, manifestó.
Interrogado sobre la posibilidad de que ese movimiento termine el desarme en la fecha fijada inicialmente (a finales de mayo), respondió que tiene también la duda de si el Ejecutivo honrará los compromisos contenidos en el consenso del 24 de noviembre.
No se puede someter a las FARC-EP a que cumpla unilateralmente, de todas maneras hemos expresado nuestra voluntad para resolver los problemas de la mejor forma con el propósito de que continúe satisfactoriamente el período de implementación, insistió.
El antiguo combatiente precisó que hasta el momento sólo se ha llevado a efecto alrededor de un 20 por ciento de lo consensuado.
París asistió a la clausura del Congreso Nacional de Paz celebrada en la emblemática Plaza Bolívar luego de que los presidentes del Senado y de la Cámara de Representantes vetaran el ingreso del igualmente comandante guerrillero Iván Márquez y de uno de los jefes del rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) a los salones del máximo órgano legislativo.
No nos dejaron entrar al Parlamento pero tomamos la Plaza Bolívar, un escenario más idóneo para seguir luchando por el proceso pacificador; en ese evento logramos una confluencia de nuestra propuesta con el deseo de los colombianos de que termine el conflicto en todas sus expresiones, dijo.
Según París la reacción de los titulares de la Cámara de Representantes y del Senado demuestra que hay sectores agazapados en ambas instituciones.
El Congreso de Paz -añadió- logró una convergencia de la sociedad civil con el objetivo de exigir que la actual administración cumpla con lo concertado.
El pacto del 24 de noviembre incluye entre sus medidas la instauración del cese el fuego bilateral, ya vigente, así como la transformación del campo mediante una reforma rural integral asociada a la sustitución paulatina de los cultivos de uso ilícito por otros plantíos con la cooperación de las comunidades.
Dicho texto prevé la creación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en virtud de la cual serán constituidos tribunales a fin de investigar, juzgar y sancionar a responsables de la confrontación bajo las premisas de cero impunidad frente a crímenes de lesa humanidad pero sí beneficios de indultos y amnistías en casos de delitos políticos y conexos.
En busca de un escenario de distensión duradero y más abarcador resta un convenio similar con el ELN, menos numeroso que las FARC-EP pero activo hace medio siglo.
Las pláticas con ese último grupo comenzaron el 7 de febrero en Quito, Ecuador.
Prolongada durante más de cinco décadas la guerra interna ha dejado unos 300 mil muertos, casi siete millones de desplazados de sus lugares de origen y al menos 60 mil desaparecidos.