Asunción, 7 ago (RHC) Una gran protesta de los campesinos paraguayos espera en la capital del país por soluciones a sus reclamos, mientras el Gobierno instó a sus dirigentes a instalar una mesa de diálogo para llegar a un acuerdo.
El ministro de Agricultura y Ganadería, Juan Carlos Baruja, ratificó la intención del Ejecutivo de establecer negociaciones con el sector de los labriegos, quienes este lunes decidieron no marchar por las calles de Asunción como hacen durante casi un mes.
La proposición de Baruja espera también por algo, pues la condiciona a que las dos cámaras del Congreso se pronuncien favorablemente al veto presidencial del proyecto de ley sobre el subsidio a las familias del agro.
Ante un recrudecimiento de las manifestaciones de miles de campesinos paraguayos por sus reclamos, el mando de la Policía Nacional (PN) anunció que continuará realizando controles preventivos.
La Comandancia de la PN emitió un comunicado en el cual asegura que sus agentes no portarán armas de fuego en sus acciones por evitar hechos que atenten o quebranten el orden público y el derecho de terceros.
El personal policial asignado al servicio “mantendrá la observancia irrestricta al cumplimiento de los derechos humanos y conforme a la dignidad de las personas”, señala el texto.
Además, agrega, las instituciones del Estado responsables de la seguridad y bienestar de la población seguirán actuando según la planificación prevista para mantener el control preventivo de las actividades, sobre todo junto con el Ministerio Público.
La institución mantendrá sus operaciones hasta el retiro de los campesinos de las calles en el tiempo previsto y no permitirá la llegada de ellos hasta el Palacio de Gobierno o la residencia presidencial de Mburuvicha Róga (Casa del Jefe, en guaraní).
Los labriegos, convocados por la Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI), permanecen hace cuatro semanas acampados en Asunción durante las cuales realizaron marchas casi diarias por el Microcentro capitalino.
Ellos buscaban la aprobación de dos proyectos de leyes en su beneficio: el subsidio a sus deudas vencidas y la declaratoria de emergencia nacional para la agricultura familiar.
Ambos recibieron el visto bueno de las dos cámaras del Congreso, pero el viernes pasado, y después de haber afirmado que no las obstaculizaría, el presidente Horacio Cartes informó su decisión de vetar el primero de ellos y no se pronunció sobre el segundo.
La inmediata reacción de la CNI fue llamar a todo el pueblo a sumarse a la medida y aumentar la presión como nunca antes a favor de sus propuestas, las cuales pueden ser promulgadas si senadores y diputados rechazan la objeción presidencial.