N.Unidas, 5 sep (RHC-PL) El director ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Anthony Lake, exigió una protección urgente para miles de niños en Rakhine, Myanmar, donde la discriminación y la violencia azotan a la minoría musulmana Rohingya.

En una declaración, el funcionario lamentó que por la situación imperante en ese occidental territorio, desde el 25 de agosto más de 125 mil personas tuvieron que cruzar la frontera hacia Bangladesh, la mayoría mujeres y menores de edad.

Muchos más niños necesitan ayuda en Rakhine, al igual que los ahora refugiados en Bangladesh, dijo.

De acuerdo con Lake, en el vecino país Unicef está asistiendo a los menores de edad con alimentos, atención médica, agua potable, sanidad y albergue.

Sin embargo, en Myanmar no tenemos acceso a las áreas afectadas en el norte de Rakhine, y por tanto no podemos ayudar a 28 mil niños a quienes en el pasado ofrecimos ayuda psicológica y a los cuatro mil golpeados por la desnutrición, afirmó.

El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó hoy la violencia cometida en Rakhine por todas las partes y pidió a la comunidad internacional no cruzarse de brazos ante la tragedia vivida durante mucho tiempo por los Rohingya, hasta el punto de convertirse el fenómeno en un factor de desestabilización regional.

Las autoridades de Myanmar tienen el deber de actuar para que termine la violencia, y garantizar que los musulmanes Rohingya reciban la nacionalidad u obtengan temporalmente un estatus legal para disfrutar de una vida normal, incluyendo la libertad de movimiento y el acceso al mercado laboral, la salud y la educación, agregó.