Washington, 4 oct (RHC) Durante su visita a Puerto Rico para evaluar los daños del huracán María, el presidente Donald Trump hizo una parada en la iglesia evangélica Calvary Chapel, ubicada en el sótano de un centro comercial en Guaynabo, donde repartió comida y linternas, y arrojó papel sanitario a las personas allí reunidas, lo que fue interpretado en las redes sociales como un gesto de poco respeto a las necesidades que viven los puertorriqueños después del huracán.
El presidente estuvo siempre separado de los asistentes por una larga fila de cajas con suministros, afirmó el diario El Nuevo Día, de Puerto Rico.
La personalidad radial de Miami, Enrique Santos, expresó en su perfil de Instagram, sobre este gesto: “Todo ser humano se merece ser tratado con dignidad. Esto da pena y me parece una burla”.
“Aquí están indignados con esto”, apuntó otro usuario en las redes.
Otro comentario del presidente sobre el paso del huracán María por la isla que no cayó nada bien fue la comparación con el ciclón Katrina, que arrasó a la ciudad de Nueva Orleans en el 2005. Aseguró que María no es “una catástrofe real” como la de Katrina, al destacar el bajo número de víctimas mortales, y advirtió de que el presupuesto federal se verá “desfasado” como consecuencia de los graves daños.
“Si miras a una catástrofe real como Katrina (…), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora, nadie ha visto algo como esto”, indicó Trump en San Juan, al referirse al huracán Katrina que azotó Nueva Orleans en 2005 y dejó más de 1,800 muertos.
“¿Cuál es el saldo mortal al momento? ¿17? 16 muertes confirmadas, 16 frente a miles”, dijo sobre la isla caribeña el gobernante, que ha recibido fuertes críticas por la lenta reacción federal ante los daños del huracán María y sus ataques directos a las autoridades locales, a las que acusó de “pobre liderazgo”.
Trump se refirió a los enormes costes económicos tras la devastación causada por el potente ciclón.
“Odio decirlo, Puerto Rico, pero han conseguido desfasar nuestro presupuesto. Gastamos un montón de dinero en Puerto Rico y eso está bien, hemos salvado muchas vidas”, afirmó el presidente.
Trump, quien también está acompañado por el director ejecutivo de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), Brock Long, se reunió con el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, y con otras autoridades locales.
Durante una conferencia sobre la devastación dejada por el huracán María en Puerto Rico el 3 de octubre, el presidente Donald Trump decidió hacer una broma sobre el costo de la recuperación por el huracán y no tuvo un resultado feliz: "Odio decirlo, Puerto Rico, pero han lanzado nuestro presupuesto un poco fuera de control".
A los elevados costes por el huracán María, se suman los problemas financieros de Puerto Rico, tras una aguda crisis económica de casi una década y acumular una deuda de más de 73,000 millones de dólares, que las autoridades locales ven impagable.