La Habana, 24 mar (RHC) Los salvadoreños recuerdan este sábado el asesinato hace 38 años de monseñor Oscar Arnulfo Romero, crimen que precipitó una guerra civil y marcó el nacimiento de un símbolo nacional.
El pasado año fue solicitada la reapertura del proceso penal contra los responsables intelectuales, materiales y cómplices del magnicidio, en busca de verdad y arrepentimiento.
La mejor prédica de Monseñor Romero fue su ejemplo, y legó frases lapidarias que acabaron costándole la vida, pero ganándole la inmortalidad en el corazón de los salvadoreños, entre las que destacan la verdad siempre es perseguida y el hombre no vale por lo que tiene, sino por lo que es.