Buenos Aires, 4 jun (RHC) El pueblo argentino protagonizó una multitudinaria movilización por la despenalización del aborto, en defensa de las mujeres y contra el patriarcado, lucha que suma cada vez más personas.
Al grito de Ni una menos, la frase que perpetuó el inicio, hace tres años atrás, de un colectivo que hoy se ha replicado en otras partes del mundo, Buenos Aires se llenó de lucha y resistencia en las calles en apoyo a miles de mujeres que piden parar con la violencia machista.
La de hoy no fue una marcha más. Pese a la lluvia y el intenso frío que se posa en la ciudad, desde niñas ataviadas con camisetas en las que se leían frases como 'hasta que no me maten no van a creerme' o 'educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir', cientos de argentinos se unieron en una misma batalla.
El pañuelo verde, símbolo de la lucha que dan hoy las mujeres de esta nación porque se apruebe de una vez la ley de interrupción legal del embarazo, -cuyo debate llegará al Congreso la semana venidera-, se replicó en miles y miles que pidieron hacer de este método un derecho.
Para que no haya ni una muerta más por aborto clandestino, gritaban varios manifestantes mientras otros enarbolaban carteles y pancartas y cantaban arengas en defensa de las mujeres.
Por su parte, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y la CTA Autónoma ratificaron su decisión de realizar un paro general contra el ajuste y por mejores salarios y condiciones laborales en la primera quincena de junio.
En medio del descontento por la situación económica del país y el veto presidencial a la ley de emergencia tarifaria, que buscaba retrotraer a 2017 y congelar los precios de los servicios básicos este año, los principales voceros de ambas centrales anunciaron que la fecha aún está por definirse, pero la huelga va adelante.
Es necesario un paro activo rápido, en unidad y organización con todos los sectores en lucha, coincidieron los que participaron en el plenario, liderado por el diputado y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, y Pablo Michelli, de la CTA Autónoma.
Presente también estuvo el líder del Sindicato Unificado de los Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel, quien subrayó en la red social twitter que esta vez habrá paro general “contra el veto a la ley Antitarifazo y en defensa del salario y las condiciones laborales”.
Por unanimidad ambas centrales decidieron llevar adelante esta medida de protesta y convocaron a la más amplia unidad. El jueves venidero se espera un plenario de la otra grande central obrera la CGT (Confederación General del Trabajo), que había adelantado la decisión de paralizar sus labores en todo el país en respuesta a la decisión gubernamental del veto y otros reclamos que vienen demandando.
En medio de varios conflictos laborales por las llamadas paritarias (negociaciones salariales), en la que muchos piden un aumento del 15 por ciento para combatir la inflación, hoy los trabajadores nucleados en la Federación de Choferes de Camiones realizan asambleas sorpresivas en sus puestos de trabajo en reclamo de un alza salarial del 27 por ciento.