Managua, 23 ago (RHC) La Ministra del Trabajo de Nicaragua, Alba Luz Torres, informó que a partir del primero de septiembre entra en vigor el incremento del salario mínimo, un ajuste de cinco punto veinte por ciento que abarcará a nueve de los 10 sectores que están bajo ese régimen.
Recordó que esa propuesta de la Comisión Nacional de Salario Mínimo se aprobó el 9 de marzo pasado y se aplicará en partes iguales en los dos semestres.
Agregó la titular del trabajo que durante 11 años consecutivos el gobierno de Nicaragua ha cumplido con el pueblo trabajador y la voluntad es continuar cumpliendo porque las batallas se ganan con unidad. Según se conoció, la segunda semana de enero próximo se negociará el salario mínimo de 2019.
Mientras el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llamó con anterioridad al pueblo a seguir dando la batalla por la paz, luego de un fallido golpe de Estado por parte de la derecha que trajo muerte, destrucción y terror al país.
Tenemos que seguir luchando por la paz, porque es fundamental para que la estabilidad, la seguridad y las actividades productivas, económicas y comerciales se recuperen, a pesar del daño provocado por los golpistas, refirió Ortega al finalizar una caminata en la que participaron miles de nicaragüenses.
El mandatario sostuvo que hasta el 18 de abril Nicaragua era un país en paz, en crecimiento económico, con programas sociales extraordinarios que venían sacando a muchas familias de la pobreza y miseria.
“Toda Nicaragua fue secuestrada. Y se llenaron de dolor las familias nicaragüenses, días duros, días terribles. Días de terror. Comunidades enteras, barrios enteros, sometidos al terror, ¿de quiénes? de quienes por su egoísmo promovían las desapariciones”, expresó.
Ortega indicó que todo ese terror fue como un terremoto, pero más terrible aun porque no era la naturaleza provocando daño, muerte, destrucción e incendios, sino otros nicaragüenses a quienes envenenaron el alma para que mataran a sus hermanos.
Recordó que hasta el 18 de abril el país avanzaba de manera significativa en la lucha contra la pobreza, y aun en medio de diferencias políticas e ideológicas se logró crear una gran alianza entre trabajadores, empresarios y el gobierno, con el objetivo de erradicar el hambre y la miseria.
En ese sentido, expresó que incluso se invitaron a empresario de otras naciones a invertir tras ese objetivo, en un contexto de seguridad extraordinaria, con un crecimiento notable en la atracción del turismo nacional e internacional, entre otros rubros.
“Un país altamente calificado por los organismos y comunidad internacional. Pero claro, siempre estaban allí los que cargan odio y veneno, descalificando al país”, agregó.
El presidente rememoró que desde que el pueblo con el Frente Sandinista llegó al gobierno en 2007, quienes pretenden destruir a Nicaragua empezaron a lanzar odio, veneno y destrucción contra las familias nicaragüenses.
Asimismo, explicó que cuando se le aplican a Nicaragua sanciones en el orden económico el que sufre es el pueblo. Y desde entonces -añadió- empezaron a pedir ese tipo de medidas los vende patrias, a quienes (Augusto C.) Sandino llamaba peleles, acotó.
Ortega sostuvo que los traidores llegan a Estados Unidos a pedirle al imperio que castigue al país, pensando que con eso el pueblo se rendiría o vendería.
“Son sembradores de destrucción, 11 años el país en paz y estabilidad, y no se aguantaron. Sabían que es necesario, es imprescindible, hacer reformas en la seguridad social, porque ellos la habían quebrado. Nos entregaron una seguridad social quebrada, y había que hacer esas reformas”, puntualizó.
Con ello el mandatario aludió a las protestas que se desataron el 18 de abril contra dicha reforma, más tarde derogadas, pero que no detuvieron la violencia, la destrucción y las muertes de al menos 198 personas.
Cuando se aprobaron esas reformas al seguro social, en vez de hacer protestas pacíficas, lo que hicieron fue un levantamiento criminal armado en contra del pueblo, de las instituciones del Estado y luego se lanzaron contra todo aquel que era sandinista, subrayó.
“Partieron de la consigna, así como los nazis decían hay que acabar con los judíos. Estos decían: hay que acabar con los sandinistas”, enfatizó.
Ortega denunció que los golpistas destruyeron puestos de salud, de atención de la niñez, de la mujer, hospitales, escuelas, universidades, centros técnicos donde se capacitan los hijos de las familias esforzadas y convirtieron esos espacios en lugares de torturas.
Salió todo ese odio que estaba escondido, lo sacaron con sus insultos. Era el odio convertido en derramamiento de sangre, en destrucción, en torturas, en desapariciones, en muertes, apostilló.
El mandatario también advirtió que todavía ese odio y veneno está latente en los golpistas, pues les molesta ver que los pueblos, los municipios y ciudades van recuperando la normalidad.
Por eso es que más allá de las provocaciones y de los crímenes nosotros debemos estar unidos y vigilantes, y que no crean que porque somos amantes de la paz les vamos a permitir nos sigan asesinando, torturando y agrediendo, dijo.