Kiev, 5 oct (RHC) El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Pavel Klimkin, propuso una investigación de ciudadanos con doble ciudadanía, en especial, la compartida con Rusia, y hasta un castigo penal por esa causa.
Klimkin consideró que cualquier ucraniano con un pasaporte ruso debe ser analizado por los órganos de seguridad. La Constitución contempla una prohibición de la doble ciudadanía, pero sin proponer sanciones específicas contra esa práctica, recordó.
Además, el jefe de la diplomacia ucraniana, conocida por sus declaraciones radicales respecto a Rusia, propuso una prohibición para los viajes de nacionales al vecino país en busca de trabajo, al considerar que ello sería inseguro.
El canciller ucraniano comentó que lo ocurrido con la distribución de pasaportes húngaros entre los ucranianos residentes en la occidental región de Zakarpatia, en su momento territorio magiar, lleva a un debate sobre los castigos por esa práctica ilegal, apuntó.
Cientos de miles de ucranianos viajaron a Rusia en busca de trabajo ante los vaivenes de la economía nacional, cuyo gobierno acepta paulatinamente las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional para recortes de gastos sociales y subida de tarifas.
Además, el auge del ultranacionalismo y del neofascismo llevó a que el gobierno conviviera con el boicot implantado por éstos últimos a la rebelde zona de Donbass, donde se extrae la mayor parte del carbón ucraniano, lo cual provocó el cierre de empresas y recortes de energía.
Las recomendaciones de Klimkin se registran, además, en medio de un clima de tensión entre Rusia y Ucrania, sobre todo, después que en febrero de 2014 la derecha asestó un golpe de estado en esta capital, con apoyo de paramilitares neofascistas.
Tal situación provocó la realización de un referendo de independencia en Crimea, en marzo del referido año, y la sublevación de los pobladores de Donetsk y Lugansk, a lo cual Kiev respondió con una operación de castigo, con saldo de más de 10 mil muertos, en su gran mayoría civiles.
Rusia rechazó el golpe de estado y apoyó la soberanía de la citada península y la causa de la población rebelde en Donbass, tras lo cual Occidente y Ucrania impusieron sanciones unilaterales contra el vecino país.