Damasco, 18 nov (RHC) Los ataques aéreos de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos en la provincia siria de Deir Ezor causaron la muerte de 40 civiles, la mayoría de ellos mujeres y niños.
Desde el 2014, la coalición internacional  lanza ataques aéreos contra los terroristas en Siria, sin consentimiento de las autoridades del país árabe.

Estados Unidos tiene una base militar ubicada en la sureña ciudad  de Al Tánaf, al oeste de Deir Ezor, donde, según insiste, entrena a las fuerzas aliadas de la oposición armada para luchar contra los terroristas.

El ministerio de Exteriores de Siria llamó a la ONU a investigar los ataques de la coalición que provocaron víctimas civiles.
Por su parte, el ministro de Asuntos Religiosos, Mohammed Abdul Sattar Sayyed, denunció que Siria sufre una campaña extremista que busca socavar la unidad del pueblo y sembrar la división entre sus componentes sociales.

Las declaraciones se produjeron durante un encuentro con una delegación encabezada por el director del Departamento de Relaciones Externas de la Iglesia ortodoxa en Moscú, arzobispo Hilarión.

El ministro sirio apreció el papel desempeñado por Rusia y su apoyo al país en su guerra contra el terrorismo y resaltó que las instituciones religiosas enfrentaron ideas ajenas con firmeza y sacrificios para derrotar a los terroristas.

Por su parte, el representante ruso expresó su satisfacción por el retorno de la normalidad a la mayor parte de Siria y elogió la convivencia para enfrentar la agresión extranjera apoyada por Estados Unidos y los países occidentales.

Dijo que la reconstrucción en Siria después de su victoria sobre el terrorismo requiere de toda asistencia posible, y expresó la disposición de su país de ofrecer todo lo posible para el éxito de la reconstrucción.

La delegación que encabeza Hilarión abarca a un número de clérigos de la Iglesia ortodoxa y de las repúblicas de Tartaristán y Varchaava, y de la estructura organizativa de los musulmanes de Rusia, entre otros.