Puerto Príncipe, 12 feb (RHC) El presidente de Haití, Jovenel Moise, busca mediador en el diálogo nacional convocado para encontrar soluciones a la crisis sociopolítica y económica del país, luego que Religiones por la paz  declinara la invitación.
          
Según el diario Le Nouevlliste, la plataforma interreligiosa y humanitaria, aseguró no poder desempeñar su papel de facilitador en el diálogo interhaitiano solicitado por el mandatario, como camino real a las resoluciones adecuadas y duraderas a los problemas del país.

Aseguró el rotativo que la decisión fue tomada tras las consultas con las diversas ramas de la organización religiosa, compuesta por representantes de las iglesias católica, episcopal, protestante y la comunidad vudú.
           
La semana pasada, cuando disminuían las protestas antigubernamentales que mantuvieron paralizadas a Puerto Príncipe y otras ciudades de Haití, la secretaría general de la Presidencia, informó que tras el discurso del mandatario Moise se invitaron a todas las fuerzas del país al diálogo, de conformidad con las normas democráticas.
          
Precisa también que religiones por la paz debían facilitar las conversaciones entre el Gobierno y la oposición política, que ha rechazado sentarse a la mesa de negociaciones con el Ejecutivo haitiano, y amenazan con proseguir las manifestaciones hasta la renuncia de ambos jefes de Estado.

 Escuelas y sedes diplomáticas anunciaron que reiniciarán sus actividades normales hoy, tras 12 días de parcial inmovilidad en la capital haitiana por manifestaciones antigubernamentales.

La embajada de Canadá, que desde la pasada semana solo ofrecía servicios limitados, comunicó este martes que retomaría sus horarios habituales, aunque mantiene la alerta de viajes para sus connacionales.

Algunas escuelas, por su parte, que se mantuvieron cerradas a pesar de las disposiciones del Ministerio de Educación y Formación Profesional de comenzar las clases la víspera, comunicaron que reiniciarán el curso.

La capital retomó tímidamente la normalidad, luego que desde el 7 de febrero estallaran intensas protestas en todo el país contra el actual Gobierno y el alto costo de los productos de primera necesidad.

Para frenar la crisis, el primer ministro Jean Henry Céant, anunció un paquete de medidas que incluyen la reducción de un 30 por ciento del presupuesto del Ejecutivo, la eliminación privilegios innecesarios a los funcionarios gubernamentales como tarifas de combustible beneficiosas, tarjetas telefónicas, pago de viajes extraoficiales al extranjero y la reducción del número de consultores, entre otras.

También ordenó auditar todas las empresas vinculadas al Estado y trabajar con la comunidad internacional, el sector privado, la policía y la Inspección de Aduanas para vigilar y evitar todo lo posible el contrabando de mercancías.

Céant que ya había anunciado que no renunciaría, ni cedería a presiones, prometió además reunirse con los empresarios para discutir un posible aumento de los salarios mínimos y seguir investigando la malversación de los fondos de Petrocaribe, que de acuerdo a un informe del Tribunal Superior de Cuentas asciende a más de dos mil millones de dólares.

De igual manera, informó que sostendrá conversaciones con los socios internacionales para recuperar la inversión directa y desarrollará un programa con los productores locales, importadores y asociados foráneos para desglosar el costo de los productos.

A pesar de estas promesas, la oposición insiste en la renuncia del jefe de Estado y su equipo de Gobierno, a quienes acusan de mala gestión, y amenazan continuar las manifestaciones que en los últimos cuatro meses sacuden el país.