Brasilia, 29 mar (PL) El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde hace casi un año por supuestos actos de corrupción, está convencido de que hoy es el momento para enfrentar a la extrema derecha en las calles.
Así lo afirmó Moisés Selerges, director del Sindicato de los Metalúrgicos de la zona industrial ABC, en Sao Paulo, que, junto a João Paulo Rodrigues, de la dirección del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), visitó al exmandatario en la sede de la Policía Federal en Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, resalta Prensa Latina.
De acuerdo con ambos dirigentes obreros, Lula pidió a la militancia progresista hablar sobre política con 'ojos en los ojos' y enfrentarse a la extrema derecha en las calles.
Selerges, quien estuvo con el exjefe de Estado en los momentos de su arresto, señaló que cuando ahora lo visitó encontró a 'una persona indignada, una persona inocente'.
Ambos visitantes aseguraron que la mayor preocupación de Lula es con la soberanía brasileña.
'Él (Lula) percibe el desgobierno de Jair Bolsonaro y las consecuencias gravísimas para los rumbos del país. Está preocupado por las privatizaciones, con la entrega de puntos sensibles, como la base de Alcántara, y que discutir soberanía es pensar en los problemas de la población', afirmó Rodrigues.
Refirió que el exmetalúrgico está convencido de que la población comienza a percibir sobre su persecución, la historia lo absolverá y quiere que el tribunal también lo haga.
El miembro de la dirección del MST comunicó que Lula llama a quienes quieren su libertad a que salgan a conversar en las calles.
Pidió que se hiciera la lucha y éste es el mejor momento para el enfrentamiento, la gran disputa, no solo en el WhatsApp, sino de los ojos en los ojos, en las calles.
Rodrigues recordó que los movimientos populares coordinan, para el 7 de abril, cuando el exjefe de Estado completa un año de prisión, una serie de manifestaciones en todas las capitales del país.
Convocamos a todos para transformar esta gran movilización en la libertad de Lula. Continuamos en la lucha, apunta la invitación.
Desde el 7 de abril Lula permanece preso en Curitiba cuando comenzó a cumplir la pena de 12 años y un mes impuesta por el Tribunal Regional Federal de la cuarta región por presuntos hechos de corrupción.
El expresidente fue objeto de una segunda condena en febrero en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses.
De acuerdo con ambos dirigentes obreros, Lula pidió a la militancia progresista hablar sobre política con 'ojos en los ojos' y enfrentarse a la extrema derecha en las calles.
Selerges, quien estuvo con el exjefe de Estado en los momentos de su arresto, señaló que cuando ahora lo visitó encontró a 'una persona indignada, una persona inocente'.
Ambos visitantes aseguraron que la mayor preocupación de Lula es con la soberanía brasileña.
'Él (Lula) percibe el desgobierno de Jair Bolsonaro y las consecuencias gravísimas para los rumbos del país. Está preocupado por las privatizaciones, con la entrega de puntos sensibles, como la base de Alcántara, y que discutir soberanía es pensar en los problemas de la población', afirmó Rodrigues.
Refirió que el exmetalúrgico está convencido de que la población comienza a percibir sobre su persecución, la historia lo absolverá y quiere que el tribunal también lo haga.
El miembro de la dirección del MST comunicó que Lula llama a quienes quieren su libertad a que salgan a conversar en las calles.
Pidió que se hiciera la lucha y éste es el mejor momento para el enfrentamiento, la gran disputa, no solo en el WhatsApp, sino de los ojos en los ojos, en las calles.
Rodrigues recordó que los movimientos populares coordinan, para el 7 de abril, cuando el exjefe de Estado completa un año de prisión, una serie de manifestaciones en todas las capitales del país.
Convocamos a todos para transformar esta gran movilización en la libertad de Lula. Continuamos en la lucha, apunta la invitación.
Desde el 7 de abril Lula permanece preso en Curitiba cuando comenzó a cumplir la pena de 12 años y un mes impuesta por el Tribunal Regional Federal de la cuarta región por presuntos hechos de corrupción.
El expresidente fue objeto de una segunda condena en febrero en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses.
(Prensa Latina)