Washington, 8 abr (RHC) El presidente estadounidense, Donald Trump, despidió este lunes al director del Servicio Secreto, Randolph Alles, como parte de una amplia sacudida en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), informaron medios locales.
'Alles ha hecho un gran trabajo en la agencia en los últimos dos años, y el presidente está agradecido por sus más de 40 años de servicio al país', informó este lunes en un comunicado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
El director, quien asumió el cargo hace menos de dos años cuando la agencia lidiaba con una serie de violaciones a la seguridad de la Casa Blanca e incidentes de mala conducta, será reemplazado por James Murray, un empleado del Servicio Secreto.
El director del Servicio Secreto responde directamente al secretario del DHS, y la actual titular de esa posición, Kirstjen Nielsen, presentó su renuncia e informó que dejará el cargo el miércoles, cuando será sustituida de forma interina por el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, Kevin McAleenan.
Se está produciendo una purga casi sistemática en la segunda agencia de seguridad más grande del país, declaró un alto funcionario de la administración a la televisora CNN.
Según la cadena, se espera también la pronta salida de sus puestos del director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración, Francis Cissna; y del Asesor Jurídico General del DHS, John Mitnick, entre otras figuras.
En las últimas semanas, el presidente autorizó a su consejero, Stephen Miller, para dirigir las políticas fronterizas de la administración, 'y está ejecutando su plan' con lo que equivale a una decapitación general en el departamento, indicó la fuente a CNN.
Como parte de esas movidas, el pasado viernes Trump retiró la nominación de Ronald Vitiello como director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, con el argumento de que quería ir en una dirección más dura.
Todos estos cambios ocurren cuando la administración mantiene su argumento de que existe una situación de emergencia nacional en la frontera sur debido al creciente número de cruces ilegales, y cuando el mandatario republicano arrecia su arremetida contra las leyes de inmigración del país.
Ese aumento en la llegada de indocumentados es esgrimido por el presidente no solo para mantener su fuerte defensa de la necesidad de un muro fronterizo, sino para llamar a adoptar legislaciones más estrictas en la materia.(Fuente:PL)