Santiago de Chile, 6 jul (RHC) Medidas neoliberales en Chile cancelan ayuda económica a la industria cinematográfica local y se ven afectados proyectos para la difusión del séptimo arte y la preservación de la memoria cultural del país.
Medios de prensa recuerdan que el suspendido Programa de Fomento al Cine Chileno ayudó a financiar filmes aplaudidos nacional e internacionalmente, como Machuca, Rara, No, Historia de un Oso y Una Mujer Fantástica, entre otras.
Representantes del sector artístico de Chile lamentaron la reducción de la ayuda estatal a la industria cinematográfica nacional, que podría afectar el crecimiento que hoy se aprecia en esa manifestación en el país.
Ello obedece a la decisión anunciada por Banco Estado de eliminar de inmediato su Programa de Fomento del Cine Chileno alegando recortes presupuestarios por medidas de austeridad, lo que implica suprimir un aporte de 200 millones de pesos chilenos anuales equivalentes a unos 300 mil dólares.
Al respecto, la Asociación de Productores de Cine y Televisión, la Federación Audiovisual y los Sindicatos de Actores y Técnicos, emitieron una carta en la cual consideran lamentable e incomprensible el recorte del financiamiento, que desde hace 14 años contribuyó a la materialización de más de cien filmes.
La misiva recuerda además que ya en 2018 se recortó el fondo para programas de televisión de calidad del Consejo Nacional de Televisión en más de mil 300 millones de pesos chilenos.
El cineasta Pablo Larraín, comentó que la supresión de esos fondos demuestra la manera en que el Estado en Chile entiende la cultura y recordó que no es un problema de ahora sino de hace años, y los números reflejan que el apoyo es bajísimo comparado con el resto del mundo.
Por su parte el actor Alfredo Castro sostuvo que con la eliminación del Programa de Fomento al Cine Chileno 'la derecha da a entender que la cultura le da lo mismo' al igual que la población tenga acceso a ella.
En tanto, el director de la multipremiada Una Mujer Fantástica, Sebastián Lelio, consideró que se debe aprovechar esta coyuntura para exigir mucho más, como ponerse a la par con la legislación de naciones como Argentina, México, Brasil y Colombia, destinada a defender sus respectivas cinematografías.