Managua, 19 jul (RHC) Miles de nicaragüenses asisten al acto central por el aniversario 40 de la Revolución Popular Sandinista, que se realiza en la capitalina Plaza de la Fe Juan Pablo II, encabezado por el presidente Daniel Ortega.
A la velada patriótica asiste más de medio millar de invitados internacionales, de gobiernos, partidos políticos y movimientos sociales amigos de Nicaragua.
La fresca brisa a orillas del lago Xolotán hace ondear una multitud de banderas rojinegras del Frente Sandinista y la enseña nacional azul y blanco, mientras cantos revolucionarios se multiplican por la megafonía.
El Frente Sandinista y su liderazgo celebran hoy la hazaña de haber derrocado hace cuatro décadas a la dictadura de Somoza y un año de la embestida opositora que intentó un cambio de Gobierno por la fuerza en 2018.
Así lo comenta este viernes el boletín digital Informe Pastrán al analizar como el proceso de desarrollo, bienestar, crecimiento y restitución de los derechos humanos logrados por el gobierno del Frente Sandinista desde 2007 fue diana de una arremetida de la violencia a partir de abril del año anterior.
Recordó que lo conseguido sobre la base de diálogo y consenso entre empresarios, gobierno y trabajadores en los tres meses posteriores recibió un duro golpe.
Un conjunto de ONG, grupos y facciones políticas radicales, realizaron acciones callejeras violentas, exacerbados por una campaña mediática, desplegada por algunos medios de comunicación adversos al sandinismo y plataformas en redes sociales, articuladas para promover la desestabilización del país, rememoró la publicación.
Entonces se alegaba que existía una nueva mayoría política y representatividad, aunque nadie los había electo, pero que eran respaldados por los obispos de la Conferencia Episcopal y el Gobierno de Estados Unidos, añadió Informe Pastrán.
Tras reseñar la secuela de daños humanos y económicos dejados por la intentona de golpe de estado, el texto apunta como el Gobierno y el Frente Sandinista lograron resistir.
Al celebrar en esta fecha las cuatro décadas del triunfo de la insurrección popular armada la economía mantiene la estabilidad monetaria y cambiaria, lo mismo sucede en las reservas internacionales y no existe paralización en la inversión pública y el gasto social destinado a la reducción de la pobreza.
Tampoco fueron suspendidos el acceso gratuito a la salud, la educación, los subsidios al transporte público, la electricidad, los programas dirigidos a garantizar la seguridad alimentaria, enfatiza el artículo.
Por el contrario continuó la construcción de nuevas carreteras, una de ellas unió por primera vez en la historia el Caribe con el Pacífico, hospitales, centros de salud, escuelas, parques, casas maternas, entre otras obras de infraestructura, concluye la argumentación sobre el doble festejo del sandinismo.
