Panamá, 15 ago (RHC) Los festejos por el aniversario del medio milenio de la Ciudad de Panamá omitió la conmemoración de los 105 años de apertura al tráfico del canal de Panamá, con la travesía del vapor Ancón.
Pero la Administración de la vía fluvial (ACP) organizó celebraciones, entre ellas una fiesta familiar este jueves en el Centro de Visitantes de Miraflores, en coincidencia con el feriado a la capital por su aniversario, además de insertarse en el programa cultural de la Feria Internacional del Libro, abierta actualmente.
Entre los logros económicos que la ruta exhibe en esta fecha, se destaca el aporte acumulado al Tesoro Nacional de 16 769 millones de dólares al cierre del año fiscal 2019, de ellos, solo 1 878 los pagó Estados Unidos al estado panameño durante 86 años de ocupación colonial y el resto fue gestión soberana desde enero del 2000.
También, a principios de agosto inauguraron el tercer puente sobre la vía, en este caso en su entrada Atlántica, lo que favoreció a la población del oeste de la provincia caribeña de Colón y facilitará el desarrollo económico de esa zona prácticamente virgen, con características favorables al turismo y la actividad agropecuaria.
“Para todo el equipo humano del Canal de Panamá es un honor compartir hoy la celebración de nuestros 105 años de operaciones con el V Centenario de la Ciudad de Panamá. Hoy como los 365 días del año, seguiremos operando ininterrumpidamente el Canal para beneficio del país”, escribió en su Twitter el administrador de la ACP, Jorge Luis Quijano.
En un aniversario poco recordado, la televisora local TVN publicó una breve nota en su sitio web, mientras el diario La Estrella de Panamá recordó el paso del Ancón de uno a otro océano y recurrió una vez más a la crónica publicada en sus páginas el 16 de agosto de 1914.
En el centenario medio, un periodista español hizo entonces una oda a “estos norteamericanos admirables, para los que nada significan las palabras imposible y desaliento”, sin hacer la más mínima mención a los obreros inmigrantes que hicieron posible la obra.
La fuerza de trabajo utilizada procedía, en su mayoría, de las Antillas, África y China, que en oleadas llegaron para la construcción del ferrocarril transístmico, que antecedió al canal y muchos de ellos, víctimas de epidemias, están enterrados en cementerios en las riberas de la ruta, con una pequeña cruz y un número.
En la etapa de construcción de la empresa francesa, la cual inició el canal, se calculan en 22 000 los muertos por malaria, fiebre amarilla y otras epidemias similares causadas por el mosquito Aedes agypti, agente trasmisor de tales enfermedades, según el científico cubano Carlos J. Finlay, cuyo descubrimiento detuvo las muertes.