Beijing, 5 sep (RHC) La jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, reiteró hoy su determinación a detener la violencia y restituir el orden, con el retiro de la ley de extradición que desató intensas protestas en el territorio chino.

La dirigente remarcó en rueda de prensa que enterró la legislación porque su prioridad cimera 'es romper el impasse' y devolver la tranquilidad a la región administrativa especial luego de casi tres meses de crecientes revueltas protagonizadas por individuos armados con cuchillos, bombas caseras y otros artefactos letales, resalta Prensa Latina.

Dicha decisión -aseguró- no requiere de debate o votación en el seno del Consejo Legislativo, y cuenta con el respaldo firme del gobierno central de China.

'Debemos encontrar la forma de encarar el descontento de la sociedad y buscar soluciones', afirmó la líder hongkonesa.

Con tal propósito, recordó que nombró a dos profesionales de alto prestigio para revisar la conducta policial ante el estallido de las manifestaciones en junio pasado, y además ella y los miembros de su gabinete acudirán en persona a las comunidades para entablar el diálogo sincero y transparente con las masas.

Las autoridades locales también buscarán asesoramiento de expertos internacionales durante el proceso.

Lam anunció ayer la eliminación formal de la controvertida herramienta legislativa a casi tres meses de agitación que dejó como saldo numerosos civiles y policías heridos, mil 185 arrestados y muchos edificios vandalizados.

Dicho texto incluyó reformas para cubrir lagunas legales que aprovechaban algunos criminales.

Las primeras manifestaciones en junio conllevaron a la postergación del segundo debate del proyecto legislativo y luego en julio la dirigente la canceló con el propósito de reactivar las consultas con todos los sectores de la sociedad.

Aún así la ciudadanía se mantuvo en las calles y segmentos más radicales instigaron a crecientes disturbios que perturban la vida socioeconómica de Hong Kong, pese al llamado al comportamiento civilizado.

Autoridades de Hong Kong y de China continental deploran la escalada violenta de las protestas y denuncian una agenda secesionista apoyada por fuerzas externas, porque mutaron de exigir el fin de la ley a ser revueltas acaban en confrontación con la policía, ataques a ciudadanos comunes y a la propiedad pública.

El martes el gobierno central de China calificó la situación de compleja y al borde de un punto crítico para el principio de Un país, dos sistemas, el cual está resuelto a proteger.

Llamó a los dirigentes hongkoneses a mantener el foco en detener la violencia, salvaguardar el crecimiento económico y el bienestar ciudadano.

(Prensa Latina)