Bogotá, 1 nov (RHC) Otra masacre estremeció al departamento del Cauca (suroeste), Colombia, donde fueron asesinadas cinco personas.
El secretario de Gobierno, Jaime Asprilla, confirmó el asesinato de cuatro personas en zona rural de la localidad de Corinto y de una más en Caloto, reportó el medio local BLU Radio.
“Desafortunadamente nuevamente los bandidos vuelven a generarnos problemas de orden público en el norte del Cauca”, expresó.
Los hechos, que tuvieron lugar dos días después del asesinato en Tacueyó, Cauca, de cinco indígenas a causa de un ataque perpetrado por grupos armados, provocó reacciones de rechazo sobre todo en las redes sociales digitales, refiere Prensa Latina.
El Cauca se salió de control, escribió en su cuenta en Twitter Roy Barreras, presidente de la Comisión de Paz del Senado.
Con la firma (en 2016) del Acuerdo de Paz (entre el Estado y la exguerrilla FARC-EP), pensábamos que estos titulares desaparecían de la prensa, los volvemos a ver con frecuencia. Y no pasa nada, apuntó el senador Feliciano Valencia, del Movimiento Alternativo Indígena y Social.
María José Pizarro, segunda vicepresidenta de la Cámara de Representantes de Colombia, instó a la comunidad internacional y a las autoridades nacionales a acompañar a la región de manera inmediata.
En el Cauca, considerado uno de los departamentos más violentos del país, se suceden hechos de violencia que tienen entre sus víctimas frecuentes a miembros de las comunidades indígenas y a líderes sociales.
Luis Kankui, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), convocó la víspera a una movilización nacional por la vida al tiempo que exigió al Estado el cumplimiento del Acuerdo de Paz.
En opinión de Kankui, “estos hechos son la continuidad del genocidio indígena que se ha venido denunciando desde la ONIC, sin tener la respuesta contundente por parte del gobierno nacional”.
Requerimos el acompañamiento de una misión de verificación del genocidio para que presencie todas las afectaciones que se viven a causa del conflicto armado, el extractivismo y las políticas de desarrollo del Estado, puntualizó.
El presidente Iván Duque ordenó desplegar dos mil 500 hombres de la Fuerza de Despliegue Rápido en el Cauca, tras la masacre en Tacueyó.
El Consejo Regional Indígena del Cauca dijo que no considera a la fuerza pública como “garantía de protección, mucho menos en un momento en que se encuentra rodeada de escándalos”. Necesitamos soluciones por parte del gobierno nacional que respeten nuestra autonomía territorial y nuestra jurisdicción especial, añadió.
(Prensa Latina)