Buenos Aires, 11 dic (RHC) Con los vestigios aún de una Plaza de Mayo desbordada y rendida a los pies de Alberto y Cristina Fernández, el nuevo primer mandatario argentino y su vicepresidenta comienzan hoy su primer día de gestión con medidas apremiantes que comenzará a tomar en breve.
La emblemática Plaza, ese lugar cargado de historia de las Madres, de las Abuelas y de tantos acontecimientos históricos, se convirtió la víspera en la Plaza de la esperanza, como le llamaron algunos de los que fueron a dar la bienvenida a esta nueva etapa que ya se respira en un país atravesado por cuatro duros años de una gestión que lo sumergió en una profunda crisis..
La emoción vivida la víspera, aún palpita, y lo refleja una monumental foto con vista aérea que captura una larga avenida de mayo y sus alrededores colmada de gente, de pueblo. No había espacio apenas para respirar, como constató Prensa Latina.
Entre la muchedumbre, un hombre muy emocionado y sonriente disfrutaba el momento al lado de su joven hija. Siento mucha felicidad, han sido cuatro años muy terribles, estamos aquí viviendo un momento histórico, decía mientras otros sumaban su abrazo colectivo y llamaban entre todos a ayudar al nuevo Gobierno para salir adelante.
Sin tiempo que perder, el presidente Fernández comienza hoy su ciclo junto al Gabinete, ya investido, el equipo con el cual espera poner a Argentina de pie junto a todos porque el de su gobierno, como ha repetido, es el de todos y todas los que creen en un mejor país con justicia social es posible.
Aún resuena el encendido discurso del Jefe de Estado tras ser investido la víspera en el Congreso de la Nación, en el cual, con alto vuelo, pidió abrazar al diferente, apostó por cerrar esa grieta que hoy lacera a la sociedad, desterrar el odio y unir a los argentinos para poner a la nación de pie.
Con esa premisa inicia este nuevo día y ya tiene varias medidas que anunció ayer con prioridades como atender urgentemente a aquellos que la están pasando mal, al que no come, prender la economía y la industria y renegociar la deuda.
(Prensa Latina)