Puerto Príncipe, 11 dic (RHC) El Ministerio de Salud Pública de Haití confirmó que el número de casos sospechosos de cólera en esa nación se redujo 81 por ciento este año, con respecto a 2018.
Las autoridades sanitarias destacaron que desde febrero último no se reportan nuevos casos de esa enfermedad en el país, que ocasionó la muerte de unas 10 000 personas luego de su introducción por las fuerzas pacificadoras de Naciones Unidas en 2010.
En un informe conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, ambas instancias se comprometieron a continuar trabajando con apoyo de la red de equipos de intervención temprana, a fin de controlar la epidemia de manera definitiva.
No obstante, especialistas advierten que la falta de acceso al agua potable y a los retretes para la eliminación de las heces en los hogares, incide en la propagación de la enfermedad en la población haitiana.
En Haití, donde más del 60 por ciento de la población vive en la pobreza, el gobierno solo invierte en salud menos de seis dólares anuales por habitante, criticó el galeno Junot Félix.
La inversión en la salud es mínima, solo el 4,5 por ciento del Producto Interno Bruto, explicó este lunes el especialista y profesor de la Universidad Estatal de Haití.
Félix fue uno de los panelistas del coloquio internacional Ocupación, soberanía y solidaridad, con sede en esta capital, y que analiza las consecuencias de 15 años de presencia de Naciones Unidas en el país. Las fuerzas de pacificación arribaron en 2004, en medio de un estallido social contra el expresidente Jean Bertrand Aristide, y abandonaron la nación caribeña en octubre pasado cuando el actual mandatario Jovenel Moïse, enfrentaba intensas protestas contra su gobierno y la parálisis del país.
Expertos coinciden que los efectivos de la ONU agravaron la crisis social, en especial con la introducción del cólera que oficialmente cobró unas 10 mil vidas.
De acuerdo con Félix, el organismo internacional debe reparar los males que la epidemia causó en un país pobre, sin infraestructura, y uno de los pocos en el continente en que la enfermedad no había debutado.
Asimismo criticó el accionar de las organizaciones no gubernamentales, que tras el mortífero terremoto de 2010 se asentaron en Haití, y aún no han podido resolver el problema de la salud pública.
“Hay que nacionalizar el sistema de salud”, pues es un bien colectivo, insistió el también coordinador del partido Acción por la Constitución de un Haití Organizado (AKAO, por sus siglas en creole).
Para el especialista, además de aumentar los recursos para el sistema sanitario, es primordial su racionalización, pues actualmente se invierte en muchos programas que no ofrecen resultados.
Pero también hay que trabajar en el financiamiento público de la salud y en el marco legal para asegurar la protección de los ciudadanos, insistió.
Invertir en salud y cambiar el medioambiente, son metas claves para el desarrollo sanitario, “si no se mejoran esos indicadores, no se puede hacer nada”, lamentó.
El coloquio que culminará mañana martes, cuenta con un centenar de organizaciones, movimientos sociales, plataformas haitianas y 25 invitados internacionales.
En la jornada de este lunes también se analizó la impunidad, violencia y luchas feministas, así como los procesos de endeudamiento y la campaña Deuda y reparación por los Pueblos de Haití y Puerto Rico.