“No creo que sea una buena idea (…) no veo que suceda algo similar”, de este modo ha descartado Trump este miércoles la posibilidad de que Estados Unidos se involucre en una guerra con el país persa.
Hablando ante los periodistas en la ciudad de Palm Beach, Florida, Trump ha argumentado esa postura, proclamándose defensor de la paz, mientras poco antes había amenazado a la República Islámica que pagará un “alto precio”, después del ataque de una multitud de iraquíes a la embajada estadounidense en Bagdad, capital de Irak. “Yo quiero tener paz. Me gusta la paz. E Irán debería querer tener paz más que nadie”, ha agregado.
Efectivamente, enfurecidos manifestantes iraquíes asaltaron el martes la sede diplomática norteamericana en protesta por los ataques de EE.UU. a posiciones de las fuerzas populares iraquíes, Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al Shabi, en árabe).
Trump afirmó que el bombardeo respondía a un ataque con cohetes contra una base militar estadounidense en Irak, del cual responsabilizó a Irán en el marco de una reacción de esperar.
Teherán no tardó en rechazar los infundios de Trump sobre cualquier implicación de Irán en los ataques a la base y la embajada estadounidenses en Irak.