San Juan, 14 ene (RHC) Un gran temor está sembrado en el pueblo de Puerto Rico por la ocurrencia de nuevos sismos, ya que en los últimos días han sentido temblores telúricos de gran intensidad.
Según personas afectadas por el movimiento de magnitud 6,4 registrado en el territorio el pasado 7 de enero y la inusual secuencia sísmica que resultó en cientos de temblores posteriormente, lo peor es la incertidumbre, no saber qué va a ocurrir, cuándo volverá a temblar, cuán fuerte, cuándo podrán regresar a sus hogares, manifiestan pobladores.
No son infundados los temores, pues la Red Sísmica local registró a las 08:26, hora local, un temblor de magnitud 4,6 al sur de Guayanilla, la réplica más fuerte en lo que va de la jornada cuando los equipos registraron varios temblores de menor magnitud.
La zozobra es creciente y autoridades recomiendan el traslado de los afectados a lugares distantes de donde se ubicaron los epicentros de las mayores sacudidas.
Hasta ahora el número de refugiados varía según las fuentes. De acuerdo con el secretario de Estado de Puerto Rico, Elmer Román, son 4994, mientras la gobernadora, Wanda Vásquez, en rueda de prensa el 13 de enero, aseguró que la cifra es de 4471.
Según autoridades, muchos de los afectados llegaron a los albergues luego de abandonar sus casas por miedo a que colapsaran en una eventual réplica. Aun no existen cifras oficiales sobre el total de viviendas afectadas.
Pese a los temores, los especialistas estiman en 11 por ciento la probabilidad de réplica de 6,0 o más, luego del terremoto del 7 de enero.
También trascendió que en los últimos días, familias enteras abandonan la isla para ponerse a salvo ante los temores de que algo grande pueda ocurrir y miles viven a la intemperie, algo ya habitual en el sur del país.