Santiago de Chile, 29 abr (RHC) Cacerolazos, 'tuitazos' y banderas en ventanas y balcones son algunas de las novedosas formas en que los sindicatos de América Latina enfrentarán al COVID-19 en este Día del Trabajador, signado por la pérdida de ingresos de más de la mitad de los trabajadores del mundo.
Actos multitudinarios, plazas colmadas y marchas interminables. Son postales típicas de cada 1° de mayo alrededor del mundo que no se repetirán en 2020 producto de que la pandemia de COVID-19 obligó a centrales de trabajadores de todo el mundo a modificar sus actividades tradicionales y optar por inéditos actos virtuales.
La imposibilidad de realizar actos masivos no será lo único que haga especial al 1 de mayo, ya que el brote mundial de coronavirus impactó fuertemente también en el mercado de trabajo. Una situación advertida por la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT), que señala que la caída de las horas de trabajo provocada por las cuarentenas siginifica que 1.600 millones de trabajadores de la economía mundial "corre peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento".
La crisis, catalogada por la OIT como la más importante después de la Segunda Guerra Mundial, profundiza una tendencia en caída en el mercado laboral que ya era prevista desde fines de 2019. El organismo preveía que en el primer trimestre de 2020 el empleo cayera 6,7% en el mundo con respecto al último trimestre del año anterior pero, con la pandemia, la caída alcanzó el 10,5%, un guarismo equivalente a 305 millones de empleos de tiempo completo.
El fenómeno redundó en la destrucción de la fuente de ingresos de las familias trabajadoras que dependen de la economía informal. A nivel mundial, la OIT estima que los trabajadores informales perdieron el 60% de sus ingresos. La situación se vuelve dramática en África y América Latina, donde los trabajadores se quedaron sin el 81% de sus ingresos.
Es en ese contexto que las centrales sindicales de los países de América Latina deben adaptarse a los tiempos y repensar sus actividades del 1° de mayo y no perder la oportunidad de difundir las reivindicaciones del movimiento sindical de cada país. Así, varias centrales sindicales optaron por difundir discursos de sus dirigentes vía streaming o convocar a protestas de las que las personas puedan participar desde sus ventanas o balcones.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile, por ejemplo, difundirá un discurso de su presidenta Bárbara Figueroa a través de su sitio web bajo la consigna "Las personas primero: Defendamos la vida con salario y trabajo decente". Para los trabajadores chilenos, el Gobierno de Sebastián Piñera "aprovechándose de la incertidumbre y aislamiento de la población está impulsando leyes y normas que solo están precarizando aún más las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras".
La imposibilidad de movilizarse en la calle será sustituida en Chile por un "banderazo de luto", una iniciativa que invita a la población a colgar en sus casas y lugares de trabajo banderas negras "en señal de protesta por la ola de despidos y desprotección de la población ante un Gobierno que solo está legislando para resguardar los intereses de los empresarios".
Además, la central chilena convoca a un "gran cacerolazo por la dignidad" a partir de las 21 horas del 1 de mayo "para exigir medidas sanitarias, económicas y de protección del empleo y salario implementadas de manera integral".
Fuente: Sputnik