Washington, 11 jun (RHC) Estados Unidos., con más de 115 000 muertes, sigue siendo el país más afectado por coronavirus, y de entre todas las víctimas, la minoría negra es la más afectada.
El virus letal, causante de la enfermedad COVID-19, sigue segando vidas en Estados Unidos, país que con 115 mil 130 fallecidos y dos millones 66 000 401 casos confirmados del coronavirus encabeza la lista de los países más afectados en el mundo, según reportó el miércoles un rastreador digital, refiere HispanTV.
A pesar de que solo el 12,7 % de la población estadounidense es afroamericana, esta minoría discriminada es la más afectada por la pandemia de la COVID-19. Conforme a los datos de la Casa Blanca, el 22,2 % de las víctimas por el virus son negros.
Según un estudio publicado en la revista Health Affairs, los pacientes afrodescendientes con COVID-19 tienen 2,7 veces más probabilidades que los pacientes blancos no hispanos también contagiados de ser hospitalizados por presentar síntomas más graves.
La desigualdad y la pobreza que sufren los negros en EE.UU. son dos principales razones del impacto desigual del virus entre la población estadounidense.
Debido a la falta de acceso a la cobertura sanitaria la población negra en Estados Unidos es normalmente blanco de enfermedades crónicas, como es el caso del nuevo coronavirus.
La empobrecida población afroamericana tiene un mayor riesgo de contraer la enfermedad por ocupar puestos de trabajo considerados como “esenciales” que no pueden respetar las reglas de confinamiento: desde el personal sanitario a los servicios de limpieza, mensajería o personal de supermercados, exponiéndose así a un mayor contagio.
Las multitudinarias protestas acaecidas en muchas ciudades estadounidenses contra el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Mineápolis han aumentado los riesgos de contagio con el virus entre la población negra que denuncia la violencia policial y el racismo endémico en el país.
La falta de acceso de todos los ciudadanos a un sistema universal de sanidad es otra razón que dificulta el tratamiento de los pacientes con una enfermedad crónica como la COVID-19 en EEUU.
La gestión caótica del Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, de la crisis provocada por el coronavirus, ha desatado una ola de críticas dentro del país. De hecho, durante casi dos meses trató de minimizar los efectos del letal virus e intentó reabrir la economía del país norteamericano y reiniciar las actividades normales lo antes posible.
(HispanTV)