Washington, 13 jul (RHC) El candidato a la Presidencia por los demócratas, Joe Biden, dijo que, de ganar los comicios, no va a apoyar al egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, “dictador favorito” de Trump.
Biden congratuló en su cuenta de Twitter la liberación de Muhamad Amasha, estudiante de medicina de doble nacionalidad egipcia y estadounidense de 24 años, después de pasar más de un año en una prisión egipcia, reporta HispanTV.
Amasha fue arrestado en El Cairo, capital egipcia, la pasada primavera boreal después de protestar en la plaza Tahrir y portar un cártel que decía: “Libertad para todos los prisioneros”. Fue acusado de mal uso de las redes sociales y de “ayudar a un grupo terrorista”.
La organización pro derechos humanos Freedom Initiative denunció la “detención arbitraria” del joven activista por el Ejecutivo del presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, criticado por violar los derechos humanos de los disidentes y manifestantes.
El aspirante demócrata a la Presidencia tachó de “inaceptable” el arresto y tortura de activistas en Egipto. “Muhamad Amasha finalmente está en casa después de 486 días en la prisión egipcia por llevar un cartel de protesta. Arrestar, torturar y exiliar a activistas como Sarah Hegazy y Mohamad Soltan o amenazar a sus familias es inaceptable”, dijo Biden.
Aseguró además que de ganar las presidenciales de noviembre, su Administración ya no emitirá “cheques en blanco para el dictador favorito de Trump”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, llamó su “dictador favorito” a Al-Sisi mientras esperaba reunirse con su par egipcio el 26 de agosto al margen de la última cumbre del Grupo de los Siete (G7) en una habitación del Hôtel du Palais, situado en la ciudad francesa de Biarritz (sudoeste).
Los comentarios de Trump llaman la atención sobre su comodidad con los líderes autoritarios en el extranjero, en este caso, con el actual mandatario egipcio quien llegó al poder en junio de 2014 como presidente, un año después de liderar a los militares para derrocar al primer presidente elegido democráticamente, Muhamad Mursi, en un golpe de Estado.
Durante el mandato de Al-Sisi, los funcionarios egipcios han sido acusados de llevar a cabo graves violaciones de derechos humanos que incluyen encarcelar a decenas de miles de opositores políticos, aplastar la libertad de prensa y torturar y matar prisioneros, según informes de entes internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El Gobierno del país ha justificado sus acciones bajo el pretexto de que está combatiendo el extremismo.
(HispanTV)