Roma, 11 sep (RHC) Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió que la Covid-19 puede empujar al hambre crónica a otras 130 millones de personas este 2020.
En un comunicado, el directivo advierte sobre las consecuencias de la pandemia en la producción de alimentos saludables y llamó a una cooperación internacional 'sólida y estratégica' para evitar la que podría ser la peor crisis alimentaria en la historia moderna.
Según un informe de la FAO del 2019, 690 millones de personas, o sea, casi una de cada 10 personas en el mundo padecían hambre y a ellos se pueden sumar otros 130 millones debido a la crisis derivada de la Covid-19.
Debido a la pandemia y las medidas de contención conexas, existen perturbaciones en las cadenas mundiales de suministro alimentario, escasez de mano de obra y pérdidas de cosechas, afirma el jefe de la FAO.
Asimismo, señala que la situación epidemiológica internacional pone en riesgo a alrededor de cuatro mil 500 millones de personas, en su mayoría mujeres, cuyos empleos y medios de vida dependen de los sistemas alimentarios.
De acuerdo con Qu, Naciones Unidas apoya a los países y los agricultores para encontrar soluciones con el objetivo de garantizar a todos una alimentación nutritiva y para ello implementa el programa FAO Covid-19 Programa de Respuesta y Recuperación.
Como parte de esa iniciativa la organización puso en marcha una base de datos con información en tiempo real sobre los precios de los alimentos y desarrollaron también una plataforma destinada a proporcionar alertas tempranas mundiales sobre posibles puntos a ser afectados por condiciones meteorológicas adversas.
Además, la FAO coordina acciones para predecir, controlar y evitar nuevas amenazas zoonóticas y a su vez pretende facilitar el aumentar el comercio agrícola y alimentario internacional, con especial atención al comercio intrarregional.
De igual manera, el jefe del organismo internacional insta a aplicar estrategias de inversión, tecnología digital e innovación de las infraestructuras para obtener mejores datos, aumentar la eficiencia en la producción de alimentos y proporcionar acceso a los mercados.
Finalmente, advierte que la crisis alimentaria no podrá esperar por el fin de la pandemia, por lo cual convoca a los países a actuar unidos para ayudar a los más vulnerables, prevenir nuevas situaciones tan complejas, aumentar la resiliencia ante las perturbaciones y acelerar la reconstrucción de los sistemas alimentarios.
Fuente: Prensa Latina