La Paz, 22 oct (RHC) El Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia controlará nuevamente el Parlamento con un amplio margen para aprobar leyes, pero deberá pactar para designar autoridades o modificar la Constitución, luego de los resultados obtenidos en los comicios del 18 de octubre.
El instrumento político socialista controla 73 de los 130 escaños de la Cámara de Diputados y 21 de los 36 curules del Senado cuando el cómputo alcanza ya el 95 por ciento, reflejó el sitio computo.oep.org.bo habilitado por el órgano electoral.
A su vez, la alianza Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa tendría 41 diputados y 11 senadores, y el resto de los representantes nacionales correspondería a la coalición ultraderechista Creemos de Luis Fernando Camacho.
La mayoría absoluta del MAS en las dos Cámaras le permitirá aprobar por sí solo leyes y gran parte de las decisiones internas del Parlamento.
Sin embargo, deberá pactar con la oposición cuando requiera dos tercios de votos para designar autoridades como el Defensor del Pueblo, Fiscal y el Contralor General del Estado, acorde con la Carta Magna.
El órgano legislativo precisa esa cantidad también para censurar a cualquier ministro interpelado y objetar la designación del Procurador o Procuradora del Estado designado por el presidente del país.
Hasta ese conteo, el candidato del MAS, Luis Arce, posee el 54,5 por ciento de los votos, con una diferencia de 25 puntos respecto al expresidente Mesa, quien contabiliza el 29 por ciento.Por su parte, Camacho, tiene el 14,4 por ciento.
La contundente victoria electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) dejó en Bolivia un rastro de reproches, fisuras y hasta brotes de violencia entre facciones perdedoras, ante la comprobación de que, sumadas todas, son la minoría.
Las recriminaciones derivaron en violencia en la ciudad de Cochabamba, en el centro del país, donde dos parlamentarias elegidas de su partido, Comunidad Ciudadana (CC), del derrotado candidato Carlos Mesa, fueron agredidas por un grupo de choque contrario al MAS y al presidente electo, Luis Arce.
El exgobernante y postulante de CC calificó entonces de rebelión ciudadana antidictatorial las violentas manifestaciones que, con tolerancia policial, realizaron 'Resistencia Cochala' y grupos similares en otras ciudades, que obligaron a renunciar a Morales, además bajo presión militar.
El resultado de los comicios del domingo último confirmó que no hubo fraude, pues Arce se impuso ahora a Mesa con una mayoría más amplia que la obtenida por Morales en 2019.
Pese a ello, 'Resistencia Cochala' y sus similares de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, hasta pretenden que se repitan las elecciones excluyendo al MAS, frente al reconocimiento generalizado, nacional e internacional, de la victoria de Arce, con casi 55 por ciento de los votos, según el conteo oficial, al 94,95 del escrutinio.
Otro incidente motivado por la derrota derechista se registró ayer en la sureña ciudad de Potosí, donde el excandidato a la vicepresidencia Marco Pumari, fue objeto de repudio público.
Potosí es la capital de la región del mismo nombre, donde el MAS ganó con 55,75 por ciento de los votos.
En Santa Cruz, el opositor expresidente del Comité Cívico, Rubén Costas, reconoció la victoria de Arce y dijo que las fuerzas contrarias al MAS fracasaron, lo que 'requiere una profunda reflexión.
Se distanció así de seguidores violentistas de Camacho que alegan que hubo fraude, del que no hay prueba alguna, según admitió el actual presidente del comité -un reducto regionalista y opositor-, Rómulo Calvo.
Fuente: Prensa Latina