Presidente Jair Bolsonaro
Brasilia, 1 feb (RHC) Instituciones religiosas e indígenas de Brasil denunciaron ante las oficinas de Derechos Humanos de la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS) al presidente Jair Bolsonaro por el mal manejo de la pandemia del coronavirus en el país.
El texto, está firmado por la Conferencia Nacional de Obispos, el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas, el Consejo Indigenista Misionero, el grupo Franciscanos Internacionales y la Fundación Luterana de la Diaconía.
La intención de estas organizaciones fue pedir a los organismos multilaterales algún tipo de presión para que el Ejecutivo revea sus políticas sanitarias.
"De cada diez personas muertas en el mundo por covid-19, una de ellas es de Brasil", subrayaron en la carta. También alertaron sobre una aparente "conducta política, económica y social contradictoria, negacionista e indiferente al dolor, que está amplificando las profundas desigualdades".
Al respecto, puntualizaron que las personas más afectadas por esta postura gubernamental son los indígenas y afrodescendientes, "fortaleciendo así el racismo estructural". Incluso consideran que el agravamiento de la emergencia se debe a recortes presupuestarios previos: "La Ley de Techo de Gasto, por ejemplo, dificulta la inversión pública y contribuye al aumento de las desigualdades con la privatización de servicios esenciales".
Pedido de mayor transparencia
Entre los cuestionamientos a Bolsonaro y su administración, la misiva destaca "la indiferencia de los poderes públicos a nivel federal, estatal y municipal ante los hechos presentes". Con ese tono, este grupo de críticos pide "una investigación para determinar posibles responsabilidades".
Uno de los planteos más importantes se centró en la presunta falta de "transparencia en la información y confianza en las decisiones tomadas por los representantes políticos en relación a la contención del covid-19".
A su vez, respaldaron "las más de 60 peticiones de destitución del presidente, en particular por los crímenes de responsabilidades con respecto a la política de salud en tiempos de pandemia".
También los docentes de las redes municipales y estatales de Río de Janeiro, ciudad costera de Brasil, anunciaron una huelga en contra del regreso a las clases presenciales, que están previstas, respectivamente, para febrero y marzo.
La decisión de la protesta llega luego que en una reunión virtual, los profesores del municipio votaran en contra del regreso a las clases presenciales con el voto del 84,5 por ciento de los 707 participantes, así como proponen mantener el trabajo a distancia y defender la inclusión de su gremio entre los grupos prioritarios para la campaña de vacunación contra la Covid-19 .
La decisión, convocada por la Sepe-RJ (Unión Estadual de Profesionales de la Educación de Río de Janeiro) será presentada como "Huelga por la Vida".
Según Gustavo Miranda, coordinador general de Sepe-RJ, existe un entendimiento en el gremio que el curso escolar 2020 estaba "prácticamente perdido" y que los docentes esperan que no suceda lo mismo en 2021.
No obstante, matizó Miranda, "estos docentes de educación entienden que es necesario preservar la salud de la población, sus docentes y la comunidad escolar, incluidos los responsables de estos estudiantes."
El coordinador reiteró que "una vez finalizado este período de propagación de la Covid-19 podemos garantizar un reposicionamiento" refiriéndose a los docentes y escolares en las aulas de clases, y señaló como un problema la intensión de muchos gobiernos de regresar a las escuelas solo con el propósito de llenar la vacante anual.
Fuente: Rusia Today y Telesur
