Patty Trejo, de 54 años, toca el rostro de su esposo intubado el lunes 15 de febrero de 2021 en una unidad de COVID-19 en el Centro Médico St. Jude, en Fullerton, California. (AP Foto/Jae C. Hong)
Washington, 21 feb (EFE).- Estados Unidos se encontraba el domingo a punto de alcanzar una cifra que se consideraba impensable: 500.000 muertos por el coronavirus.
Un año después de que comenzó la pandemia, el total de vidas perdidas es de unas 498.000, aproximadamente la población de Kansas City, Missouri, y poco menos que la de Atlanta.
La cifra recopilada por la Universidad Johns Hopkins supera la cantidad de personas que murieron en 2019 a consecuencia de enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, derrame cerebral, mal de Alzheimer, gripe y neumonía combinadas.
“No habíamos pasado por algo así en los últimos 102 años, desde la pandemia de influenza de 1918“, dijo el principal experto del país en enfermedades infecciosas, el doctor Anthony Fauci, en declaraciones a la cadena CNN.
La cifra de muertes por COVID-19 en Estados Unidos llegó a 400.000 el 19 de enero, en las últimas horas de la presidencia de Donald Trump, de quien expertos en salud pública consideran que la forma en que manejó la crisis fue un fracaso singular.
Los primeros fallecimientos por el coronavirus de que se tuvo noticia en Estados Unidos ocurrieron en febrero de 2020, ambos en el condado Santa Clara, California.
Se requirieron cuatro meses para que la cifra de muertos llegara a 100.000. En septiembre se alcanzó los 200.000, y en diciembre se ubicó en 300.000.
Luego se requirió poco más de un mes para pasar de 300.000 a 400.000, y unos dos meses para ascender de 400.000 a casi 500.000.