San Salvador, 25 feb (RHC) El Programa Mundial de Alimentos (PMA) divulgó en un informe que calcula en más de ocho millones de personas afectadas por el flagelo del hambre en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
La cifra de personas que sufren hambre en Centroamérica se cuadruplicó en los últimos dos años, alertó el documento porque en el 2018, el número de personas que se encontraban en esta situación era de 2,2 millones.
En una ampliación de los datos, el PMA aseguró que 1,7 millones de personas en la región, azotada por eventos climatológicos y la pandemia de la Covid-19, necesitan ayuda alimentaria con urgencia, y señaló que la temporada récord de huracanes en el Atlántico de 2020 dejó en la pobreza a millones de personas que dependían de la economía de servicios, el turismo y los empleos informales.
El organismo mundial, dependiente de la ONU, dijo que con sus casas y granjas destruidas, cada vez menos reservas de alimentos y menos oportunidades de encontrar empleo, casi 15 por ciento de los encuestados por el programa en enero afirmaron que estaban haciendo planes concretos para migrar.
Miguel Barreto, director regional del Programa para América Latina y el Caribe, afirmó: "Las comunidades urbanas y rurales de Centroamérica han tocado fondo" y, en ese sentido abundó: "La crisis económica provocada por el Covid-19 ya había puesto los alimentos en los estantes de las tiendas fuera del alcance de las personas más vulnerables para cuando los huracanes Eta e Iota los azotaron. Muchos ahora no tienen dónde vivir y se quedan en refugios temporales, sobreviviendo con casi nada".
Según las estadísticas, esos fenómenos destruyeron más de 200.000 hectáreas de alimentos básicos y cultivos comerciales en los cuatro países; y más de 10.000 hectáreas de cultivo de café en Honduras y Nicaragua, en medio de una grave situación por pérdidas de empleos y economías en contracción a causa de la pandemia.
Abundó Barreto que las zonas rurales llevan la peor parte de una emergencia climática, en la que años consecutivos de sequía y un clima errático han interrumpido la producción de alimentos, especialmente del maíz y los frijoles.
En ese sentido, el PMA llama a la comunidad internacional para que apoye sus esfuerzos en Centroamérica con el fin de brindar asistencia humanitaria urgente e invertir en proyectos de desarrollo a largo plazo y en programas nacionales de protección social. Su propósito es ayudar a 2,6 millones de personas en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua en 2021, para lo cual requiere 47,3 millones de dólares durante los próximos seis meses.
A ello se suma, la llegada a Colombia de la llamada "pandemia del banano", ha puesto en alerta a la región de América Latina y el Caribe, ya que sugiere un gran problema para miles de personas que dependen del plátano para su alimentación o como fuente de ingresos.
El cultivo del banano, conocido en algunos países como cambur o plátano, está conectado a la seguridad alimentaria global y la subsistencia de millones de pequeños productores agrícolas.
Estos sectores enfrentan la amenaza de la cepa raza 4 tropical (R4T) del hongo Fusarium, una cepa originada en Asia en 1992, que se transmite a través del suelo, la cual ha devastado grandes plantaciones de plátano en el mundo, y que luego de su llegada el año pasado a Colombia, ha desatado la alarma en los países tropicales latinoamericanos y caribeños.
Fuente: Telesur