La religión debe servir a la causa de la paz y unidad
entre todos los hijos de Dios.(Foto:Sputniknews)
Bagdad, 5 mar (RHC) La fraternidad interreligiosa y el aliento a la comunidad católica diezmada por la violencia y el terrorismo fueron temas centrales en la primera jornada de la visita apostólica del papa Francisco a Iraq.
Tal como anunció antes de partir de Roma, el sumo pontífice arribó a Bagdag como peregrino de la paz en la primera estancia de un sucesor de Pedro en la cuna de Abraham, figura en la cual convergen judíos, musulmanes y cristianos.
Tras ser recibido por el primer ministro, Mustafá Al-Khadimi, y realizar una visita de cortesía al presidente, Barham Salih, Francisco se reunió con otras autoridades y representantes de la sociedad civil y el cuerpo diplomático.
En el primer discurso en suelo iraquí, el papa afirmó que la coexistencia fraterna necesita del diálogo paciente y sincero, protegido por la justicia y el respeto del derecho, lo cual, dijo, requiere esfuerzo y compromiso por parte de todos para superar rivalidades y contraposiciones.
Sólo si logramos mirarnos entre nosotros, con nuestras diferencias, como miembros de la misma familia humana, podremos comenzar un proceso efectivo de reconstrucción y dejar a las generaciones futuras un mundo mejor, más justo y más humano, indicó.
Poco después, sostuvo un encuentro con obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y catequistas en la catedral católica siria de Nuestra Señora de la Salvación, objeto de una acción terrorista la cual dejó un saldo de decenas de muertos y heridos el 31 de octubre de 2010.
En las últimas décadas, expresó Francisco, ustedes y sus conciudadanos debieron afrontar los efectos de la guerra y persecuciones, la fragilidad de las infraestructuras de base y la lucha continua por la seguridad económica y personal, que a menudo llevó a desplazamientos internos y a la migración de muchos.
Al referirse en particular a las víctimas del atentado terrorista de 2010, resaltó que 'su muerte nos recuerda con fuerza que la incitación a la guerra, las actitudes de odio, la violencia y el derramamiento de sangre son incompatibles con las enseñanzas religiosas', como señaló en su encíclica 'Hermanos todos'.
Mañana, acotó, encontraré en Ur a los líderes de las tradiciones religiosas presentes en este país, para proclamar, una vez más, nuestra convicción de que la religión debe servir a la causa de la paz y unidad entre todos los hijos de Dios. (Fuente:PL)