Vacuna Sputnik V
Moscú, 1 mayo (RHC) La lucha contra la pandemia de Covid-19 y la necesidad de medicamentos para enfrentarla, dinamizaron las relaciones de Rusia con los países de América Latina y el Caribe, en especial durante los últimos días.
Desde que Moscú registró la vacuna Sputnik V, en agosto del pasado año, 12 naciones de esa región (Argentina, Bolivia, Venezuela, Paraguay, México, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas, Guyana, Honduras, Guatemala, Antigua y Barbuda y Panamá) aprobaron su uso.
Esta semana concluyó con visitas a la capital rusa de los cancilleres de Honduras, Lisandro Rosales; y de México, Marcelo Ebrard, urgidos por sus gobiernos para la pronta llegada a sus países de las cantidades de Sputnik V pactadas con Rusia.
Primero llegó el representante de Honduras, quien el lunes confirmó la partida inmediata de 40 mil dosis del medicamento contra el coronavirus SARS CoV-2 hacia esa nación centroamericana.
En conversaciones con su homólogo, Serguéi Lavrov, Rosales consideró de 'importancia vital' la relación con Rusia y se refirió a la crítica situación que atraviesa su país debido a la Covid-19 y a la destrucción que dejaron a su paso las tormentas tropicales Eta y Iota.
De esta capital, Rosales partió optimista luego de reunirse con directivos del Fondo Ruso de Inversión Directa, a cargo de la comercialización de Sputnik V, medicamento del que Honduras contrató 4,2 millones de unidades.
Igual lo hizo el canciller Ebrard, que no solo logró el compromiso ruso de sostener el envío a su país de las 24 millones de dosis compradas, sino también un acuerdo para envasar la vacuna en la empresa estatal Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex).
Por el mismo camino desfiló antes el ministro argentino de Economía, Martín Guzmán, que cerró un trato entre el RDIF y la compañía farmacéutica Laboratorios Richmond SACIF para la producción de Sputnik V en la nación suramericana.
Sin embargo, la perspectiva de frenar el avance de la Covid-19 aprovechando la seguridad y efectividad probada de la vacuna rusa no funcionó igual con la Agencia Nacional de Inspección Sanitaria de Brasil (Anvisa), que se negó a importar el fármaco al país.
En su cuenta de Twitter, los desarrolladores de Sputnik V señalaron que la prohibición de su acceso en esa nación es 'lamentablemente de naturaleza política'.
Lo peor es que Brasil es el segundo país con mayores cifras de muertes por la enfermedad, solo superado por Estados Unidos; y el tercero con más contagios, por detrás de la nación norteamericana y de India. Mientras, suman 61 las naciones que apostaron por la Sputnik V. (Fuente: Prensa Latina)