Para el 2022 al Pentágono se le asignan 715 mil millones de dólares, 11 mil millones más que en el 2021.
Foto: Archivo/RHC
La Habana, 29 may (RHC) Expertos estiman que el incremento de los gastos militares de EE.UU. en el proyecto de presupuesto para el año fiscal (af) 2022, denota que el presidente Joe Biden, dará continuidad a las prioridades de su predecesor, Donald Trump (2017-2021).
Dentro del plan de gastos por más de seis billones de dólares para las agencias federales, al Pentágono se le asignan 715 mil millones, un aumento de 11 mil millones respecto al af-2021.
Refiere el portal digital Defense News que esto se enmarca en lo que el secretario de Defensa, Lloyd Austin, denomina la solicitud 'más grande jamás hecha' de financiamiento para investigación, desarrollo, pruebas y evaluación, acápites para los que Biden pidió 112 mil millones, un alza del cinco por ciento.
Sin embargo, otros 38 mil millones de dólares adicionales son para programas relacionados con la defensa en el Buró Federal de Investigaciones (FBI), el Departamento de Energía y otras entidades.
Esto hace que las erogaciones para asuntos de seguridad nacional se eleven a 753 mil millones, un aumento del 1,7 por ciento con respecto a la cifra de 2021, enmarcadas bajo la administración Trump.
La solicitud del jefe de la Casa Blanca incluye un aumento de los fondos para la Fuerza Espacial por 17 mil 400 millones, dos mil millones más que en el ciclo anterior.
Este plan de gastos de defensa para el año fiscal 2022, que Biden envió al Congreso el viernes, señala a China como el principal desafío, reclamo que según Defense News ha reiterado el jefe del Comando del Indo-Pacífico del Pentágono, almirante Phil Davidson.
Además, la administración Biden invertirá 27 mil 700 millones en la modernización de la tríada nuclear estadounidense: los misiles lanzados desde tierra, submarinos armados con cohetes atómicos y bombarderos estratégicos que portan armamento de esa categoría.
Por su parte, la agencia Reuters recuerda que las solicitudes de presupuesto presidencial, incluidas las de las fuerzas armadas, suelen ser un punto de partida para las negociaciones con el Congreso, que en última instancia decide cómo se gastan los fondos. (Fuente: PL)